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Tribuna
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Crisis en el Atlético

El Atlético de Madrid está en crisis. Por vez primera desde que Vicente Calderón preside el club, en dos encuentros consecutivos el público le ha pedido la dimisión. El hecho carecería de importancia si detrás de un hecho aparentemente anecdótico no se sospechara que existe alguna persona interesada en provocar el adiós de Calderón.Vicente Calderón, de quien estoy más que lejos en determinados aspectos, ha sido para el Atlético, y justo es reconocerlo, un buen presidente. Y hay más: en este momento ni siquiera se vislumbra la posibilidad de que otro socio pudiera suplirle con más éxito, quizá porque quienes gustan del poder sin plazos fijos no suelen propiciar el crecimiento de otras personalidades que puedan hacerles sombra. Calderón jugó su baza con éxito y la ha aprovechado. Quien ahora se supone que podría estar entre bastidores buscando la presidencia está descalificado. Su historial deportivo está lleno de desatinos e incluso de irregularidades.

Los socios atléticos están quemados, y con toda razón, porque su equipo ha perdido la entidad de otros tiempos. El Atlético ha optado por apretarse el cinturón en un momento en que lo que priva es el despilfarro. El Atlético se ha decidido por no aumentar escandalosamente su déficit. Las alegrías de tiempos pasados llevaron al club al desahucio del viejo Metropolitano; historia que contaba con lágrimas en los ojos el entrañable Paco Valderas, a quien hoy dicen adiós todos los hombres de buena fe del fútbol modesto español.

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