_
_
_
_
_
Automovilismo

ChrysIer rompe su contrato con Oñoro

Juan Carlos Oñoro, piloto número uno del equipo oficial de Chrysler España y único que le ha dado a ésta un título de campeón de España, acaba de ser despedido por la citada multinacional cuando la temporada está casi a punto de comenzar. La decisión contrasta con la dedicación prestada por Oñoro, cuya calidad nadie puede poner en duda.Tras una actuación más que mediocre por parte del departamento de competición de Chrysler en la pasada temporada, en la que sólo las acciones de Oñoro dentro y fuera de la pista salvaron la cara del equipo, los directivos de la fábrica de Villaverde parecen haber pensado en la conveniencia de dejar de participar en el Campeonato de España de Turismos. Si en el año anterior la sola presencia de unos privados a bordo de sus respectivos Seat quitaron el campeonato, que estaba en poder de Chrysler, el que para este año Seat haya decidido la participación formal en el campeonato con un coche oficial y Cañellas al volante podría -deben haber pensado en Chrysler- hacer estragos.

De ahí que se les haya ocurrido la idea de ceder el material que tienen -en no muy buenas condiciones- a quien tenga dinero para ponerlo a punto, para poder correr, y pueda enfrentarse a los considerables costos que una temporada así suponen para un piloto privado. De esta forma, si los coches ganan, Chrysler aprovechará la imagen positiva que la victoria suponga, mientras que si son derrotados, si rompen o si hacen el ridículo, serán los pilotos privados los responsables.

Lo malo de esta hábil estrategia deportiva es que lleva consigo la eliminación del piloto que estaba encargado de conducir el coche oficial de la marca. En este caso de Juan Carlos Oñoro, único hombre que le ha dado a Chrysler un título nacional -dejando al margen los de marcas, que son una especie de arreglos a los que han llegado entre ellas y la Federación, pero que nadie, salvo ellas mismas, siguen, por lo que no tienen ninguna repercusión-. Y si el que se prescinda del piloto sea o no popular la medida, siempre es potestativo del director del equipo el que se haga cuando la temporada está a punto de comenzar es realmente lamentable. Por que, como pago a los servicios prestados por Oñoro a la marca, que no son pocos y siempre en unas condiciones económicas que podrían hacer reír, Chrysler le rescinde unilateralmente su contrato cuando ya Oñoro no puede rehacer su temporada: ni fichar por ningún otro equipo oficial -quizá fuera lo que se pretendiera, para quitarse un peligroso rival de la pista.

La línea deportiva de Chrysler ha ido cayendo en picado desde la pasada temporada y, por lo que se ve, no parece haber tocado fondo todavía. El querer justificar ciertas medidas por los acuerdos e imposiciones de orden superior, el querer echar la culpa de ciertos problemas a Peugeot-Citroën, cuando la solución está justamente en Villaverde, no es más que complicar aún más las cosas y poner en entredicho, frente a la opinión pública, a otra marca radicada en España a posición ahora se hace difícil, cuando -estamos seguros de ello- nada ha tenido que ver en este feo asunto.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_