Dos jóvenes muertos al no respetar controles de la Guardia Civil
Entre la noche del sábado y la madrugada del domingo de ayer dos jóvenes de dieciséis años, un estudiante y un delincuente habitual, resultaron muertos y tres personas más heridas -dos de pronóstico reservado y una leve- en tiroteos efectuados en dos localidades vizcaínas por la Guardia Civil.El sábado, en Apatamonasterio, guardias civiles dispararon sobre un coche que no obedeció la orden de alto. Sus ocupantes eran vecinos de Elorrio, que, al parecer, no vieron las señales que se les hacían para detenerse. Uno de ellos, José Emilio Fernández, moría en el ambulatorio de Durango. En Sestao, otro joven, Felipe Carro Flores, fue alcanzado ayer por disparos de miembros de mismo cuerpo cuando, en unión de otros compañeros, huía del coche que ocupaban en el momento en que iban a ser identificados.
Aproximadamente una hora antes de que fuese tiroteado el vehículo en que viajaban los vecinos de Elorrio, unos desconocidos habían ametrallado por dos veces el cuartel de la Guardia Civil de Durango.
Desde su cama del Hospital Civil de Bilbao, Manuel Cenitoyaga, que viajaba en el automóvil tiroteado, contó su versión de los hechos: «Creí que se trataba de unas señales situadas allí a causa de obras en la calzada y seguí mi camino. Unos segundos más tarde escuché unos disparos e instintivamente yo y los dos chavales que ocupaban el asiento trasero agachamos la cabeza. Miré el espejo retrovisor y me di cuenta de que la Guardia Civil nos disparaba y paré el coche. Salí del vehículo en el momento en que los guardias nos rodeaban. Les dije: "Parece mentira lo que han hecho ustedes." Me preguntaron si no había visto el control y les dije, sinceramente, que no.»
Por otra parte, a las 4.45 horas de la madrugada de ayer la dotación de un vehículo del Centro Operativo de Servicios de la Guardia Civil, de vigilancia en la plaza de Alfonso de Churruca, de Sestao abrió fuego contra tres jóvenes ocupantes de un coche que emprendieron la huida cuando iban a ser identificados. Uno de ellos, el joven de dieciséis años Felipe Carro, fue alcanzado por los disparos, muriendo casi instantáneamente. De sus dos compañeros, uno fue herido leve y el otro, al parecer ileso, pudo escapar.
El departamento del Interior del Consejo General vasco difundió anoche un comunicado en el que criticó con dureza la actuación de la fuerza pública en estos hechos. En similares términos se pronunciaron trece partidos de la izquierda vasca al concluir una reunión celebrada en Bilbao.
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