El sueño del Celta frente a la obligación de Mourinho

El Manchester United contrató a José Mourinho el pasado verano en un tercer intento por encauzar el rumbo del club, en declive desde la retirada de Alex Ferguson en 2013. Tras los fracasos de David Moyes y Louis van Gaal, esperaban encontrar en la figura del portugués a ese entrenador con el carácter ganador y la experiencia necesarios para devolverles a la élite europea. A la llegada de Mourinho le acompañó un desembolso de 190 millones de euros en las contrataciones de Paul Pogba, Eric Bailly y Henrikh Mkhitaryan. Un superproyecto, apuntalado con el fichaje de Zlatan Ibrahimovic, que ahora se tambalea. Virtualmente quinto en la Premier a falta de tres jornadas, con más opciones de caer a la sexta posición y quedarse sin plaza europea que de auparse a la cuarta y conseguir un billete para la fase previa de la Champions, el Manchester de Mourinho fía ahora sus opciones y su futuro a la competición de la que renegaba en septiembre, la Europa League. “Mi sensación es que es el partido más importante de nuestra historia”, llegó a asegurar ayer el portugués, obviando la grandeza y el palmarés del Manchester United.

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Pero la realidad es que si los red devils acceden a la final y se proclaman campeones de la Europa League lograrán algo más importante que un título, el objetivo de la temporada: regresar a la Champions League. La obligación del Manchester se mide esta noche en Old Trafford (21.05, beIN Sports) al sueño del Celta de Vigo. Con nada que perder, los de Berizzo, que cayeron por la mínima en Balaídos (0-1), necesitan una machada para seguir haciendo historia con su primera final europea y, de paso, dejar muy tocado el proyecto de Mourinho en Manchester.

La gran referencia del Celta en Old Trafford será su principal estrella, Iago Aspas. El gallego regresa a Inglaterra, donde fracasó en su experiencia en el Liverpool, inmerso en un debate en torno a cuál debe ser su posición en el campo. Siempre delantero o segunda punta, Berizzo ha optado por situarle en la banda derecha en los últimos meses ante la pujanza de Guidetti, la salida de Orellana y el bajón de Bongonda. El argentino reorganizó su tridente con Aspas y Pione Sisto en los costados y el sueco Guidetti en el centro del ataque. La opción de colocar al gallego por la derecha se le planteó a Berizzo después de que Julen Lopetegui le probara ahí con éxito en el amistoso de España ante Inglaterra en noviembre de 2016. Aspas disputó 45 minutos en Wembley, marcó gol y lideró a una selección que rescató un empate gracias a su empuje.

Pero el atacante de 29 años se siente más cómodo por el centro, de falso nueve, desde donde puede asociarse con mayor libertad y llegar al gol con más facilidad. En la ida, desde la banda, apenas apareció. Tan solo remató dos veces, perdió 16 balones y de los titulares fue el tercer jugador que menos participó con 52 toques. “Es una decisión del míster. Yo lo que quiero es jugar y disfrutar dentro del campo. También depende del partido y del rival. Hay situaciones que el míster prefiere que esté más en la banda y otras más en el centro”, dijo ayer Aspas. Mourinho también se sumó al debate. “Le he visto jugar como nueve, por la derecha, detrás de Guidetti... No creo que nos sorprenda su posición”.

Por el centro o por la derecha, a Iago Aspas se aferrará el Celta para seguir soñando en Europa.