Mercedes abre el puño
El Mundial de F-1 arranca el domingo 26 de marzo con la sensación de que los rivales acechan más que nunca a la marca alemana
En una época de zarandeos como la que atraviesa el campeonato del mundo de Fórmula 1, esta pretemporada supuso una bocanada de aire fresco para la hinchada, que lleva tres años aburrida ante el rodillo de Mercedes: tres dobletes y 51 victorias de las últimas 59. Los ocho días de ensayos colectivos en Montmeló abren la posibilidad de que alguien consiga al fin inquietar a las Flechas Plateadas en un Mundial que comienza el próximo domingo en el circuito de Albert Park, en Melbourne. Las opciones señalan a Ferrari, que lleva completamente dormida, presa del politiqueo que la atenaza, desde hace ya demasiado tiempo.
La principal incógnita radica en saber si la Scuderia podrá finalmente medirse en corto a Mercedes. Y la mayor certeza es el nuevo gatillazo de McLaren, que se demuestra incapaz de sacar adelante su proyecto con Honda, una alianza presentada a bombo y platillo que empieza a parecerse a un vodevil en el que Fernando Alonso lucha por salir adelante. Con el cambio de normativa, Red Bull ha visto revitalizado su principal punto de fuerza, la aerodinámica; y Carlos Sainz espera poder utilizar a Toro Rosso a modo de lanzadera para recalar en una de las casas grandes.
Ferrari, un paso adelante. Escarmentado después de tantos años de vender como alcanzables objetivos imposibles, en el equipo italiano decidieron cambiar su estrategia y aplicaron una política comunicativa muy restrictiva. Aunque seguramente eso no influya directamente en el tiempo por vuelta del SF70-H, lo cierto es que tanto los registros como el ritmo de Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen en Montmeló fueron suficientemente buenos como para pensar que los bólidos rojos han dado un paso adelante. “El coche es mucho mejor que el del año pasado porque la naturaleza del campeonato ha cambiado. Pero hay que tener en cuenta la gran cantidad de vueltas que ha hado Mercedes”, comenta Sebastian Vettel, tratando de contener el entusiasmo de algunos. “Ellos acostumbran a ir despacio en invierno y luego se disparan en las carreras. Les veo muy rápidos y creo que son la referencia a batir”, zanjó el alemán, que en 2017 afrontará su tercer año como punta de lanza de Ferrari.
Mercedes se disfraza de cordero. En Mercedes se han pasado los últimos dos meses alertando de la amenaza que puede suponer Ferrari. No obstante, la brutalidad de vueltas (1.096) y kilómetros (5.102) completados por la marca de Brackley (Gran Bretaña) son un indicativo inequívoco de la competitividad del W08, rápido y sólido como un meteorito. La marcha de Nico Rosberg nada más haberse proclamado campeón y el lógico periodo de adaptación que debería requerir su sustituto, Valtteri Bottas, dejan a Lewis Hamilton en la mejor tesitura para afrontar el asalto a la que sería su cuarta corona de campeón. El de Tewin, sin embargo, prefiere interpretar el papel de cordero y acentuar el gran trabajo que ha hecho la competencia. “Ferrari ha hecho un trabajo fantástico y aún tiene más potencial. Su ritmo en la segunda semana de test fue espectacular”, comentó Hamilton, cuya mejor vuelta fue siete décimas más lenta que la mejor de Kimi Raikkonen, el más rápido de todos, “no podía haber ido más rápido con el coche que llevaba en ese momento”.
McLaren, un desatino. McLaren Honda no arranca. El nuevo reglamento aflojó los grilletes de los departamentos de motores, el talón de Aquiles de la alianza anglo-japonesa. Aprovechando la coyuntura, el constructor nipón decidió cortar por lo sano y abandonar el concepto de propulsor que venía desarrollando, conocido como talla cero, para apostar por una solución más parecida a la de Mercedes. Y el resultado es caótico: condicionada por un sinfín de averías en su unidad de potencia, la estructura de Woking fue la que menos circuló (425 vueltas por las 1.096 de Mercedes y las 956 de Ferrari), y el mejor registro de uno de sus pilotos (Vandoorne) se quedó a 2,7 segundos de Raikkonen.
El panorama está tan convulsionado que ya empiezan a sonar campanas acerca de la rocambolesca posibilidad de que McLaren deje Honda en la estacada y llegue a un acuerdo con la firma de la estrella para volver a incorporar sus motores, algo impensable dada la delicada situación económica por la que atraviesa el equipo, cuyo principal y casi único patrocinador es, precisamente, la compañía de la gran H. “Nuestra posición no es la que nos esperábamos cuando decidimos regresar a la F-1”, afirma Yusuke Hasegawa, máximo responsable de Honda en la F-1.
A la espera de Red Bull. Al margen de McLaren, si de alguien se esperaba más era de Red Bull, especialmente con la revisión de la normativa, que ahora vuelva a poner el acento en la aerodinámica. Adrian Newey, el director técnico de los búfalos rojos, es capaz de afilar los coches hasta convertirlos en puñales. Pero Red Bull depende directamente de Renault, y el constructor del rombo todavía está un paso o dos por detrás de Mercedes y Ferrari. “No creo que podamos luchar por la victoria en este momento”, explicaba Max Verstappen.
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