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Un Villarreal de dos caras empata con el Osmanlispor en Ankara

El conjunto de Escribá equilibra una desventaja de dos goles reaccionando en la segunda mitad con un hombre más

Samu Castillejo, en una acción frente al Osmanlispor.
Samu Castillejo, en una acción frente al Osmanlispor.ADEM ALTAN (AFP)

Un Villarreal de dos caras sufrió y encontró alivió en Ankara, levantando dos goles de desventaja para conseguir un empate cuestionado ante el Osmanlispor en unos primeros 45 minutos para olvidar. Una acción episódica que concluyó en un penalti desperdiciado por Bruno y en la expulsión de un defensor turco animó al Villarreal en la segunda parte de un partido extraño en dos actos totalmente opuestos.

En el conjunto castellonense, víctima de su pachorra y falta de competitividad, quedaron en principio señalados los menos habituales, que desperdiciaron una primera mitad en el que el conjunto turco marcó dos goles en un minuto. Con la ventaja numérica, se recompuso el Villarreal en la segunda parte hasta lograr un empate con goles de N’ Diaye y Pato, que le mantiene líder del grupo e invicto, también en la Liga.

Partidos como el disputado por el Villarreal en Ankara sirven a los entrenadores en este caso a Escribá, para reafirmar a titulares y suplentes, también para en ocasiones venideras ser más prudente en el futuro con las rotaciones masivas. De todo se aprende. También lo hicieron los jugadores amarillos, los mismos del estropicio inicial, que se sobrepusieron en la segunda mitad con orgullo. El sufrido empate en Bucarest ante el Steaua, un aviso para navegantes, tuvo su continuidad en Ankara ante el Osmanlispor turco que opuso orden y pasión.

La falta de ánimo y de sincronía entrelíneas del Villarreal quedó pronto reflejada. En un minuto, del 22 al 23, el equipo castellonense encajó dos goles, el primero de ellos tras una desconexión defensiva amarilla con José Ángel despistado sin atender la subida del lateral de su zona; el segundo tras perder Jonathan dos Santos el esférico tras el saque del centro del campo, en un disparo lejano que sorprendió a Andrés Fernández. Ambos goles los materializó Rusescu, delantero rumano de pasó efímero por el Sevilla, una de las pocas pifias de Monchi en la dirección deportiva del club hispalense.

Sin fútbol, la falta de actitud condenaba al Villarreal obligado a dar un paso adelante, expuesto a las contras veloces del conjunto turco feliz con la parsimonia amarilla. Casi sin pretenderlo, de manera extraña, a los diez minutos del segundo tiempo el conjunto de Escribá se metió en el partido. Pato fue derribado en el área turca en disposición de marcar. El árbitro israelí decretó penalti y expulsó al infractor. Bruno falló la pena máxima, desviando a córner Arikan, el portero turco, el lanzamiento del capitán amarillo. El saque de esquina posterior terminó en gol tras un certero remate de N’Diaye.

Se lanzó a por todo el Villarreal, ya con Bakambu en el terreno de juego acompañando a Pato en el ataque, más participativo el exdelantero del Milan, obligando al Osmanlispor con inferioridad numérica a replegarse. Multiplicó las asociaciones el equipo de Escribá, logrando igualar el marcador tras una llegada hasta la línea de fondo de Rukavina para asistir a Pato. Al conjunto castellonense se le hizo corto el partido. Al menos, alcanzó un empate en un partido de dos caras.

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