El mayor apagón de la Liga

En la bien acuñada Liga de las Estrellas no hay precedente de que en una misma jornada los siete mejores delanteros del campeonato se queden secos. Insólito. Ya se verá si únicamente ha sido un hecho episódico. Lo cierto es que en la quinta fecha del torneo, Cristiano, Benzema, Bale, Messi, Luis Suárez, Neymar y Griezmann no dejaron el rastro que acostumbran. Tres de ellos, el francés, el galés y el argentino, ni pudieron remar hasta el final, los dos primeros por decisión técnica y La Pulga por lesión. Del resto tampoco hubo muestrario. Según enfatizaba el diario Marca, los ilustres atacantes de Barça y Real Madrid habían coincidido en 28 citas ligueras y jamás se fueron de vacío todos al tiempo. El dato se acentúa si se incluye a Griezmann y se cierra el elenco de los principales candidatos a los balones de oro de la FIFA, de France Football o del imaginario popular. ¿Sintomático?

Tanto en el duelo de Chamartín como en el del Camp Nou, donde no alcanzó con el fútbol gremial tampoco hubo picos individuales de la cepa ofensiva más rutilante del planeta. Ninguno se puso el frac, nadie se sublevó y todos quedaron marchitados. Acostumbrados a resolver muchos partidos por su cuenta, en esta ocasión todos los hidalgos quedaron neutralizados, engullidos por sus propias tachas y por los campos de minas rivales. Al Madrid parasitado del primer tiempo no le llegó con su volcánico segundo acto. El Barça, más académico que pujante, se quedó corto y el Atlético, tan cholista con el 0-0 y el 1-1, dio más pasos atrás que hacia delante, con y sin Messi enfrente.

La respuesta de los entrenadores de los tres grandes aspirantes tuvo miga. Real, Barça y Atlético se han presentado al curso con los banquillos muy reforzados. Con futbolistas que se supone que ya no obligan a tunear a los equipos titulares en días de balneario, sino que se presume que son de garantía. Esta semana, con un duelo de máxima altura en Barcelona y otro de enjundia en Chamartín ante un Villarreal europeo, solo se alineó como titular un fichaje, Gameiro.

Hasta la fecha, los suplentes de Madrid y Atlético han sido más agitadores que los del Barça

Con un chasco a la vista, Zidane tiró de dos agitadores como Morata y Lucas Vázquez, que ya le han resuelto algún quebradero. Simeone hizo lo propio con Fernando Torres y Correa, capitales ambos en el tanto del empate, como ya lo fueron partiendo desde la sombra en otras ocasiones. En el feudo azulgrana, Luis Enrique envidó con André Gomes por Busquets, un puesto postizo para el portugués, y con Arda por Messi, con Alcácer, único delantero puro, sin tecla alguna. Pese a la leve mejoría del turco en algunos capítulos anteriores al choque con su exequipo y ciertos apuntes del lesionado Umtiti, nadie ha dejado más dudas hasta la fecha que los suplentes barcelonistas. Cuestión que se agrava con el parón obligado de Messi durante tres semanas.

Los tres técnicos sacaron conclusiones acertadas al término de los partidos. Vino a decir Zidane que los suyos habían regateado de mala manera el primer tiempo. Algo dependerá de él, puesto que ya tuvo avisos críticos ante el Celta y el Sporting de Portugal, y también en el Bernabéu. Nada deslizó el francés sobre si en el futuro inmediato hará calentar a los reservas con tiempo suficiente para prevenir sucesos como las lesiones de Casemiro en Cornellá y Marcelo ante el Villarreal. En los dos casos, nadie estaba en alerta para tomar el relevo de inmediato, con consecuencias funestas para el Madrid en el 0-1 del Villarreal. No parece que se requiera una cátedra para poner remedio.

Sostuvo Luis Enrique que será difícil “que con este calendario pueda rotar Messi”. Ya no se trata del empacho deseado por Leo, sino de su pubis, de su musculatura, que le pueden poner a dieta futbolística mucho más de la que nadie desearía. Al asturiano le corresponde evitar males mayores, para ello ha forjado la plantilla. Si su equipo hubiera espabilado ante el Alavés, el rosarino se hubiera ahorrado unos cuantos minutos. Lo mismo que de haber intervenido el entrenador cuando en un playero encuentro con el Celtic le concedió toda la minutada. Por cierto, con 7-0 frente a los de Glasgow ni agotó los tres cambios.

Ninguno de los aspirantes está cuajado, ya todos han perdido puntos

Aludió Simeone a que su Atleti no pudo jugar como quería “por muchos motivos”. Quizá uno de ellos fuera que conseguido el empate y con el Barça aturdido por la baja de Messi, a Griezmann se le vio interferir más ataques adversarios que enfilar a Ter Stegen. Lo mismo que a Torres, situado como dique en media cancha propia. Es un sueño casi irreal pensar en que se puede contragolpear con tus delanteros a 70 u 80 metros del área rival y sin oler la pelota.

Por unas u otras razones, que si tal o cual, resulta chocante que con cinco jornadas, el Madrid ya haya perdido dos puntos y tenido más apuros de los previstos en otros encuentros. Y más sorprendente aún que el Barça haya descontado cinco puntos en casa y el Atlético ya se haya dejado seis. En los casos azulgrana y colchonero, con dos recién ascendidos por el medio como Alavés y Leganés. Todo está tan por cuajar que hasta las estrellas han llegado por tener un apagón total.