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Rodrigo García Barcha: “Me interesan las personas inteligentes, de alto rendimiento profesional, que pueden perder la cordura”

El director estrena en Netflix ‘Las locuras’, película que ahonda en las emociones humanas cuando son llevadas al límite

Carlos S. Maldonado

El director Rodrigo García Barcha (Bogotá, 64 años) repite con Netflix. Tras el estreno hace dos años de Familia en esa plataforma, el realizador regresa al servicio de streaming con Las locuras, una película en la que ahonda en las emociones humanas cuando son llevadas al límite. Rodrigo García aborda la salud mental desde seis historias de mujeres marcadas por sus propios demonios internos, pero también sometidas a las tensiones del encierro, la autocensura y la presión social y familiar. El director también repite con la actriz Cassandra Ciangherotti, quien protagoniza la primera de esas seis historias que se cruzan inesperadamente durante un día lluvioso en Ciudad de México. Sobre su nueva película, que se estrena en la pantalla chica el 10 de noviembre, conversa García en esta entrevista.

Pregunta. ¿Qué le inspiró para contar esta historia sobre salud mental en formato de seis relatos?

Respuesta. Se juntaron dos temas: experiencias con amigos que han tenido ataques de manía bipolar y darme cuenta de que a pesar de la enfermedad había mucha velocidad, mucha inteligencia, mucha creatividad, mucho carisma y sentido del humor. Me interesó eso y luego también me han interesado las personas inteligentes, cabales, de alto rendimiento profesional, que pueden perder la cordura y tener ataques de locura, no literalmente médicos como el de Renata [interpretada por Ciangherotti], sino arranques de falta de control.

P. ¿Cómo se preparó para recrear este tipo de historias?

R. He tenido experiencias, porque tengo amigos que han pasado por esto. Los he visto de manera viva y directa. Luego he hecho la investigación de siempre: ver entrevistas, documentales, leer libros y asesorarme con psiquiatras, que leyeron el guión, que vieron los cortes. Luego, por supuesto, contar con la interpretación de Cassandra, muy sobresaliente en mi opinión, y que logra ese espacio de la manía bipolar, que puede ser no solo entretenido, sino hasta divertido el comportamiento, pero hacer eso sin que parezca que estamos trivializando la enfermedad.

P. ¿Cree que el tema de la salud mental sigue siendo tabú en el cine?

R. Creo que es menos tabú. Hemos pasado de épocas en que casi no se hablaba de eso, o se hablaba con vergüenza; tanto de la salud mental propia o de los males que podría tener un familiar. También de tener miedo con que los hijos la tuvieran. Hemos pasado de la negación a manejarlo algo más abiertamente, porque son enfermedades y no deben ser motivo de vergüenza.

P. ¿Esta película puede ser un llamado de atención para que se discuta más sobre este tema?

R. La verdad no lo sé. Como director, a lo mejor de manera privilegiada y superficial, solo me interesa que la película sea no solo entretenida, sino que la gente sienta que refleja la vida, que se pueden identificar con lo que se está viendo, que la película se sienta humana. Ahora, si de casualidad sirve también para entender que una persona que está enferma como Renata es una persona igual que uno, también será muy bienvenido.

P. Por qué decidió centrar la historia en las vidas de estas seis mujeres?

R. Me gusta siempre no solo las historias cortas que empiezan ya con un problema y se mueven muy rápidamente en 20, 25 minutos para crear una situación, un desenlace dramático o emotivo. Me gusta mucho el formato corto y también me gusta la película coral, en la que se hace una especie de tejido de varias vidas, que cuando funciona te da una sensación de mucha riqueza y de muchas vidas vividas.

P. ¿Fue difícil asegurar esa coherencia estética y emocional a la hora de entrelazar estas historias?

R. Siempre es una preocupación, hay ese riesgo cuando haces una película de varias historias de que siempre haya unas que gusten más que otras, que siempre haya una superior, que siempre haya un patito feo. Luego también que los cortos se junten y formen una película, o sea, que sí se sienta que todo es parte de una unidad y no que estás viendo una noche un festival de cortos.

P. Ciudad de México es la otra gran protagonista de esta historia. ¿Qué le llevó a desarrollar la película en la gran urbe?

R. He hecho años de trabajo fuera de México y mi película anterior, Familia, representó el regreso a México y realmente me sentí muy en mi casa, muy conectado con la cultura, no solo de trabajo, sino del lugar, los actores, los técnicos. Entonces me antojó después de Familia, que la hicimos en el Valle de Guadalupe, hacer una película en Ciudad de México, que finalmente es la ciudad donde crecí. Me gustó mucho conectar con ella, una ciudad fascinante, agotadora, interesante, caótica, todo a la vez.

Trailer de 'Las Locuras'.Vídeo: NETFLIX

P. Presentó la película en el Festival de Cine de Morelia. ¿Cómo fue la la recepción?

R. Creo que muy buena. Una de las ventajas de ser el director es que nadie se te acerca y te dice: “Tu película es una mierda.” Me salvé de eso. En general creo que fue muy favorable por lo que vi en redes, por lo que la gente me envió.

P. La película se estrena en Netflix. ¿Qué significa para usted que se estrene en un servicio de streaming?

R. Se hará una distribución limitada en cines en México, que está muy bien. Por supuesto que a todos los directores nos gustaría que las películas se vieran más en cine, pero por otro lado el alcance de Netflix es increíble, o sea, son 190 países. Aún con un éxito modesto lo verán millones de personas. O sea, doy gracias que la vea tanta gente. Y por otro lado, Netflix hizo la película. O sea, si no la hubieran hecho, a lo mejor no la hubiera podido rodar, porque este tipo de película coral es difícil de financiar. Por otro lado, independientemente de que esté en menos cines de los que me gustaría, a lo mejor si no la hubiera hecho así no lo hubiera podido filmar.

P. Habla del tema del financiamiento. Ha habido mucha controversia por los recortes que desde el sexenio pasado registra el sector de la cultura. ¿Es más complicado hacer cine en México debido a esto?

R. Es complicado hacer cine en todos lados. Es cierto que ha habido cortes a la cultura, supongo que por problemas presupuestarios, pero siempre es muy difícil encontrar dinero y aún si encuentras dinero es muy difícil la distribución. O sea, lo del cine es una conduerma constante y mundial. En México hay épocas flacas, épocas más gordas de producción, pero hacer cine es muy aventurado y económicamente caro y arriesgado. Eso creo que no es nuevo. O sea, llevo hablando de la crisis del cine desde que empecé.

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Sobre la firma

Carlos S. Maldonado
Redactor de EL PAÍS México. Durante once años se encargó de la cobertura de Nicaragua, desde Managua. Ahora, en la redacción de Ciudad de México, cubre la actualidad de Centroamérica, temas de educación, cultura y medio ambiente.
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