Grandes delanteros, malos defensas

A veces la locura se contagia, y la de Bielsa no solo sacó de punto al Espanyol sino que resucitó al Athletic en Cornellà. El partido fue un paseo para los muchachos de Pochettino mientras mandó Verdú. La cabeza del centrocampista, las piernas de Rui Fonte y el fino cuerpo de Longo destriparon al equipo de Bielsa. El marcador anunciaba por fin una cómoda victoria del Espanyol (2-0) cuando el Loco Bielsa se la jugó con los cambios y la radiante mañana estival blanquiazul se convirtió en un temporal rojiblanco (3-3). Los testarazos de Aduriz y la carrocería de Fernando Llorente desmontaron al Espanyol, desquiciado por el vértigo del choque, nuevamente abatido a la que toma un gol, falto de rigor defensivo.

No se sabe qué le pasa al Espanyol, incapaz de cerrar el partido más sencillo. Normalmente se arranca bien para después desvencijarse cuando topa con la adversidad, independientemente del campo, del rival y del horario: ha encajado nueve de los 10 goles en la segunda parte, prueba de que da los encuentros por acabados antes de tiempo. Tampoco resulta fácil descifrar el misterio del Athletic. Quizá cuando se sepa porqué Javi Martínez actuó como un furtivo a la hora de recoger sus cosas se podrá explicar qué pasa en Lezama. El Athletic es hoy un equipo indescifrable. Actúa sobre la marcha, sin tiempo que perder, irreconocible respecto al que tanto gustó al final de la pasada temporada.

El partido reflejó al fin y al cabo que ambos equipos están destemplados, su estado emocional es poco estable y apremia la necesidad de ganar tiempo. Incapaces de defender bien, conceden más goles que ninguno, se entregan a sus delanteros. El Espanyol cuenta con uno muy interesante, de nombre Samuele Longo, un italiano de 20 años, cedido por el Inter. Ayer marcó un gol, cuya celebración con la hinchada le costó la expulsión, fue decisivo en el segundo y también participó en el inicial de Javi López. Longo defiende muy bien la pelota, ataca estupendamente al espacio, sus rupturas son excelentes y no le falta puntería. La movilidad del italiano y de Rui Fonte, movidos los dos por Verdú, confundieron a la defensa individual del Athletic.

Pochettino visualizó mejor el partido que Bielsa. El técnico del Athletic, sin embargo, se corrigió y el del Espanyol acabó expulsado por Pérez Montero. Aduriz fue un martillo para la defensa blanquiazul, fragil en las jugadas de estrategia, débil a la hora de tapar los centros. Igualmente devastadora para la zaga local fue la salida al campo de Fernando Llorente. El delantero internacional, inédito hasta ayer, se estrenó nada más pisar la cancha con un remate terminal, imposible para Cristian Álvarez. Hubo un momento en que pareció que Aduriz y Llorente meterían los goles que les diera la gana. Apretado y agresivo, el Athletic se descuidó, sin embargo, en una contra de Wakaso acabada por Longo, y tuvo que volver a remar para empatar con una volea del resolutivo Aduriz.

Nadie pudo quejarse del resultado porque la segunda parte fue del Athletic y la primera del Espanyol, que sumó su primer punto. Ni Pochettino ni Bielsa han dado aún con la tecla y sus equipos se baten de forma irregular, faltos de continuidad en su juego, excesivos en lo bueno y en lo malo, señal de inestabilidad.