Un supuesto kamikaze mata a una conductora y muere en el accidente
La Guardia Civil cree que el fallecido recorrió unos cinco kilómetros en sentido contrario por la autovía de Andalucía (A-4)
Un supuesto kamikaze, de 30 años y de nacionalidad rumana, mató a primera hora de ayer a la conductora de un todoterreno en el kilómetro 17 de la autovía de Andalucía (A-4), tras recorrer al menos cinco kilómetros en sentido contrario y chocar frontalmente con su vehículo, según fuentes de la Guardia Civil. El presunto conductor homicida también murió en el siniestro, en el que resultaron heridos de diversa gravedad los tres hijos de la mujer fallecida. Los agentes del instituto armado investigan si entró a propósito en sentido contrario o, en cambio, pudo confundirse al acceder a la autovía.
Alrededor de las 7.10 de ayer el teléfono de emergencias 112 recibió una llamada de que había visto un vehículo que circulaba en sentido hacia Cádiz por los carriles de entrada a la capital, dentro de la autovía de Andalucía. Los agentes de la Agrupación de Tráfico destinado en Cota Sur, el subsector de esta zona, salieron de inmediato a la caza y captura de este conductor.
Un siniestro que se repite con frecuencia
17 de septiembre de 2007. Tres jóvenes, de entre 20 y 22 años, morían en una colisión frontal entre un Hyundai Cupé que circulaba en sentido contrario contra un Seat Córdoba, en el kilómetro 38 de la M-50.
27 de septiembre de 2007. Íñigo Reyzábal Gómez, hijo de los propietarios del desaparecido edificio Windsor, muere tras chocar su BMW 118 contra el Mercedes C-180 conducido por una mujer que circulaba incorrectamente por la carretera de Castilla (M-500). El fallecido habría cumplido 19 años el día siguiente al accidente.
3 de julio de 2009. El conductor de un Renault Twingo que circula de forma correcta por la M-50, de 40 años, muere tras empotrarse contra un Toyota Corolla robado que iba en dirección contraria.
17 de octubre de 2011. Un conductor de 32 años mata al taxista Adolfo Olalla Moral, de 58 años, tras circular cinco kilómetros en sentido contrario en la M-40. Cuadruplicaba la tasa de alcoholemia.
Unos seis minutos más tarde, el teléfono de emergencias recibió una nueva comunicación en el que otra persona alertaba de que se había producido un accidente en el kilómetro 17, en el término municipal de Pinto. El supuesto kamikaze había chocado frontalmente con otro vehículo que circulaba correctamente por la autovía.
Cuando llegaron los servicios de emergencia, se encontraron con los dos vehículos destrozados. El turismo que conducía el presunto kamikaze era un Renault Laguna de color oscuro cuya parte delantera quedó literalmente destrozada. Su conductor murió en el acto, según las primeras investigaciones. Los sanitarios del Servicio de Urgencias Médicas de la Comunidad de Madrid (Summa) tan solo pudieron certificar la muerte, según un portavoz de Emergencias 112.
El coche no pertenecía al fallecido, sino que es propiedad de una persona domiciliada en Getafe. La víctima fue identificada gracias a la fotocopia de un permiso de circulación rumano. Los agentes del instituto armado estaban a la espera de cotejar que se trataba de un hombre cuyo nombre corresponde a las iniciales F. C.
En el todoterreno Q-7, viajaban la conductora, de origen magrebí, pero con pasaporte sueco, y sus tres hijos: dos mujeres de 13 y 27 años y un varón de 22.
Los bomberos de la Comunidad de Madrid tuvieron que apuntalar el coche, que quedó volcado sobre la pared de la mediana. Este todoterreno, listo para circular, pesa 2.300 kilos, sin contar a los ocupantes y sus equipajes. Esto demuestra la violencia del accidente, al quedar boca arriba.
Los sanitarios del Summa comprobaron que la conductora era la que presentaba las heridas más graves. Se le apreció un traumatismo craneoencefálico moderado y un golpe abdominal. Tras ser intubada, la trasladaron al servicio de urgencias del hospital de Getafe. Los facultativos informaron al poco a la Guardia Civil que la víctima había fallecido tras ser ingresada. Posiblemente sufrió una lesión interna muy grave que no fue valorada en el lugar del accidente.
Sus tres hijos sufrían lesiones de carácter leve, que en principio no revestían ninguna gravedad. Ingresaron en el hospital Doce de Octubre. Fuentes de la Guardia Civil creen que los ocupantes del Q-7 estaban de regreso a Suecia tras haber pasado una temporada en algún país norteafricano, por lo que pertenecían al grupo de conductores que hacen el paso del Estrecho.
La Guardia Civil estaba pendiente de visionar las cámaras de la autovía para concretar en qué punto exacto había entrado el conductor rumano. Los primeros datos apuntaban a que lo hizo por la zona de Los Olivos, en el kilómetro 12 de la A-4, dentro del término municipal de Getafe, por lo que recorrió unos cinco kilómetros en sentido contrario antes de chocar. Los agentes también están pendientes de la autopsia para ver si estaba ebrio o había consumido algún tipo de estupefaciente. Tampoco descartan que regresara de alguna fiesta o de haber salido de juerga.
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