“Las balsas de juguete complican más el rescate”

Israel Díaz, tarifeño de 40 años, es el patrón de la Salvamar Alkaid, una embarcación de Tarifa (Cádiz) “de intervención rápida, fuerte y preparada para emergencias”, como él la define. Con ella se ha convertido en una de las personas que más vidas ha salvado en España, la cifra puede alcanzar hasta el medio millar solo este año. La mayoría de ellas en el Estrecho de Gibraltar, donde ha desarrollado labores marítimas desde pequeño. Con 20 años se embarcó en un pesquero de la familia, pero su amor por la navegación y sus ansias por ayudar a los demás le condujeron a orillas gaditanas y desde mayo del 2000 forma parte de la base de Salvamento Marítimo de su ciudad natal.

Pregunta. Es una de las personas que más vidas ha salvado en España, casi 500 vidas este año. ¿Es consciente?

Respuesta. No me atrevería a decir eso. Aunque la embarcación que patroneo, por estadísticas, si es verdad que es de las más punteras. En realidad puede que sí, posiblemente puede que mis compañeros y yo seamos de las personas que más vidas hemos salvado en el mar.

P. ¿Cómo recuerda su primer rescate?

R. Recuerdo que fue un motovelero en el que navegaba una familia que varó en la playa chica de Tarifa, justo en el rompeolas. Tuvimos que transbordar a todos sus tripulantes entre los que se encontraban dos menores. No fue nada especial como actuación, pero si guardo el recuerdo por ser el primer rescate.

P. ¿Cómo ha cambiado el fenómeno de la inmigración?

R. Como ya se sabe, el principal cambio ha sido el del tipo de embarcaciones que utilizan ahora para cruzar. Antes era con pateras [barcas de madera de desecho y casco plano] que daban una mayor seguridad. Luego vinieron con embarcaciones neumáticas más estables en la mar. Y ahora hemos dado un paso atrás porque vienen en las toys [embarcaciones hinchables de juguete]. Son balsas mucho más difíciles de localizar y con una gran inestabilidad y fragilidad. Las toys complican más el rescate.

P. ¿Se puede decir que son los bomberos del mar?

R. Sí. Sin duda.

P. ¿Y cómo definiría el Estrecho de Gibraltar?

R. Es una zona complicada. Se reúnen muchos tipos de servicios. Aquí ves desde pateras, hasta remolques de pesqueros, windsurfistas, submarinistas... A todo esto hay que sumar que se trata de un lugar estratégico para la navegación con condiciones climatológicas muy particulares.

P. ¿Hay que conocerlo bien para poder navegar por sus aguas?

R. Sí. Todo patrón de Salvamento Marítimo debe especializarse en su zona de actuación. Aunque es verdad que este punto es un tanto conflictivo debido a la meteorología y a las altas cifras de navegación. El Estrecho es una zona muy respetada por todos los marinos del mundo.

P. ¿El fenómeno de la inmigración ha servido para que se valore más lo que hace Salvamento Marítimo en esta zona?

R. Posiblemente. La prensa hace mucho, y por ello, poco a poco se van conociendo los pormenores de esa primera atención que prestamos en la mar. Aunque queda mucho por conocer de la labor de Salvamento Marítimo...

P. ¿Cómo es un día en su vida cotidiana?

R. En condiciones normales trabajo ocho horas en el puerto, en el mantenimiento preventivo y la documentación de la embarcación. Pero todo cambia cuando hay una emergencia, en ese momento activamos otro protocolo de actuación.

P. ¿Y qué imagen se le ha quedado grabada en estos años de trabajo?

P. Hay muchas, pero quizás la que más me impactó fue la de una patera que volcó delante de nosotros, a un minuto de llegar a su rescate. Vimos como se fueron todos los ocupantes al agua. Había un enorme temporal de viento de levante de fuerza 10 y olas de hasta cuatro metros de altura. Todos sus ocupantes se encontraban a flote gracias a que llevaban chalecos salvavidas, a excepción de uno que no tenía. Su cabeza estaba bajo el agua y no se movía. Y reaccionamos rápidamente, lo subimos a bordo y proa a la mar, comenzamos a realizarle la maniobra de respiración cardiopulmonar. Minutos más tarde, tras expulsar toda el agua, recuperó el pulso y comenzó a respirar. Nos felicitamos toda la tripulación. Por suerte, ese día tuvo un final feliz.

P. También pasan buenos momentos...

R. Sí, ese lo recuerdo gratamente. Como el día que visité el Centro de Internamiento de Inmigrantes de Cruz Roja en Algeciras, donde me interesé por el estado de varios inmigrantes que rescatamos días atrás. Comencé a hablar con ellos, pero en el tono en que se dirigían a mí me hacía entender que no sabían el motivo de mi visita. No me reconocían. Entonces les dije que era el patrón del barco que les había salvado la vida. Comenzaron todos a gritar, a llamar al resto de compañeros que se encontraban en otras habitaciones. Fue una de las sensaciones más gratificantes jamás vivida. Normalmente, en este trabajo hay muchos momentos buenos casi a diario. Impresiona por ejemplo cuando al llegar a puerto tras un rescate ves la expresión de sus caras y lo que te agradecen el haberles salvado la vida. Eso es muy grato, es especial.

P. ¿Son suficientes los medios de Salvamento Marítimo en la zona del Estrecho de Gibraltar?

R. Totalmente. Desde el accidente del Prestige se ampliaron todos los medios en España. Antes trabajábamos de forma más precaria y ahora contamos con un importarte refuerzo. Hay embarcaciones en Tarifa, Ceuta, Algeciras, Barbate, Cádiz; además de un helicóptero en Jerez.