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De Grauwe: “El principal obstáculo para resolver la crisis es la actitud moralista”

La Universitat de València, primera española que hace 'honoris causa' al prestigioso economista Los académicos valencianos han sido muy influidos por el máximo especialista en la eurozona

El rector de la Universitat de València, Esteban Morcillo, y el decano de Economia, Vicent Soler, en la investidura de De Grauwe como doctor honoris causa.
El rector de la Universitat de València, Esteban Morcillo, y el decano de Economia, Vicent Soler, en la investidura de De Grauwe como doctor honoris causa.

"Se necesitan dos para bailar un tango", evidenciaba el prestigioso economista belga Paul de Grauwe en su investidura como doctor honoris causa por la Universitat de València. "Por cada deudor irresponsable hay un acreedor imprudente", añadía, repartiendo responsabilidades del desastre económico de la Eurozona entre el norte y el sur. El título del discurso de investidura es  La zona euro como una obra teatral de moralidad y su afirmación más contundente, que "la actitud moralista es el obstáculo más importante para resolver la crisis".

Según ese diagnóstico, la culpa de la crisis está en el despilfarro de los gobiernos del sur y la solución está en el castigo correspondiente para que aprendan y no vuelvan "a pecar".  Para De Grauwe, antes que "culpar a estos gobiernos", lo que deberían hacer los 'analistas del norte' es "felicitarlos por haber salvado el sistema bancario y gran parte de la economía privada". Lo moral recorre todo su discurso. Si los analistas septentrionales se aferran a un diagnóstico inútil como éste, debe haber razones de peso para ello. El economista belga alude a esa visión de la crisis "como un problema de peligro o riesgo moral" que Crauwe niega, ya que "cualquier gobierno responsable del bienestar de sus ciudadanos" hubiera hecho lo mismo que los de Irlanda y España, o sea,  rescatar los bancos y mantener la actividad económica, y no pensando en ser rescatados por los países del norte. Tampoco los bancos corrieron riesgos, según él, esperando un rescate de los gobiernos, sino por la ceguera que provocó la euforia en los años de burbuja.  Y la euforia se produjo por falta de disciplina y supervisión.

El nuevo honoris causa por la Universitat de València invita a a abandonar la actitud moralista también porque genera desconfianza y hostilidad y porque mientras éstas existan, "ninguna solución a la crisis de la eurozona es posible". En consecuencia invita a pensar en acciones prácticas que solucionen los problemas. El primer ámbito de esas acciones es el Banco Central Europeo, interviniendo para evitar el pánico, como ha hecho con el anuncio de compra de bonos, en un programa cuya credibilidad se ve "afectada por intensas críticas, especialmente en Alemania". El economista belga rechaza la mayoría de esos argumentos, salvo uno: el de que los gobiernos ralenticen sus esfuerzos en la reducción de la deuda y el déficit, que puede ser conjurado por la vigilancia de "instituciones independientes".  El enfoque moralista conduce también a que los países sean "empujados a una recesión para obtener la ayuda del BCE", como un nuevo castigo a los pecadores.

Otro tipo de acciones son macroeconómicas y, en es ámbito, De Grauwe invita a la Comisión Europea a visitar "los países con superávit en sus cuentas", es decir, los del norte, e instarlos a dejar de intentar equilibrar sus presupuestos públicos mientras la zona euro corre el riesgo de entrar en recesión". La consecuencia de esta recesión podría ser la ruptura de la zona euro.

Una tercera tanda de acciones prácticas para la sostenibilidad de la unión monetaria son, para este economista, la unión presupuestaria y la bancaria. Habida cuenta de que la primera sólo es posible a largo plazo, De Grauwe aboga por la emisión de los eurobonos, algo que se puede hacer "de forma relativamente rápida". Un programa con estos ingredientes sólo puede funcionar sobre la base de "la confianza entre los países miembros de la zona euro". Y esta es posible sólo desterrando el análisis moralista imperante los últimos años.

Paul De Grauwe (Ukkel, Bélgica, 1946) fue presentado por el catedrático de Economía Aplicada Cecilio Tamarit, que destacó la clarividencia "escalofriante" con que el homenajeado llegó a predecir la actual crisis y, específicamente, los problemas de la economía española, poniendo como ejemplo un artículo, célebre, del 20 de febrero de 1998 en el Financial Times. Catedrático de la Katholieke Universiteit Leuveny director investigación del Center for Economic Studies (CESifo) de la universidad de Munich, la "notable" influencia de De Grauwe "en la enseñanza de economía de la universidad española ha sido probablemente "en Valencia donde ha tenido mayor importancia", según el autor de la laudatio. La Universitat de València es la primera institución española que lo reconoce como honoris causa, siguiendo el precedente de otros tres centros universitarios europeos.

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Esteban Morcillo, rector de la Univesritat de València, ha destacado la vinculación del nuevo doctor con esta universidad, como profesor de varios de los docentes del campus, y protagonista de varios  seminarios y conferencias en colaboración con la Cátedra Jean Monnet en Integración Económica.

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