"Los políticos somos marionetas que braceamos"
Gaspar Llamazares recibió una carta del FBI hace dos semanas. Redactada en español y en tono más bien lacónico, la misiva emitía una suerte de disculpa por el uso de su fotografía para elaborar el retrato robot del terrorista más buscado del planeta, Osama Bin Laden. En ella se calificaba el error de "incidente inintencionado (sic)". El diputado de Izquierda Unida aparca la cuchara de arroz meloso y su entonación registra una leve pero apreciable variación: "A un ciudadano no se le responde así, sobre todo cuando se ha puesto precio a su cabeza". Está cansado de la banalización de este asunto. Que te empiecen a llamar Bin Laden por la calle no tiene gracia.
Llamazares exige una rectificación. No quiere que su imagen aparezca en ningún aeropuerto asociada a la del terrorista. "Al principio lo viví con incredulidad. Luego pasé al cabreo. Ahora estoy preocupado: ¿En manos de quién está nuestra seguridad, y por tanto, nuestra inseguridad, y nuestras libertades?".
El diputado de IU volverá a la medicina en Asturias al acabar la legislatura
El momento de indignación contenida es un episodio aislado en este almuerzo en el que se muestra relajado. Ya se lo dicen sus amigos: desde que abandonó la coordinación de Izquierda Unida se le ve más suelto. No tener que tirar del carro, no tener que andar haciendo equilibrismo para no molestar a según qué compañeros de viaje relaja sobremanera. "Me siento más libre y con más frescura", confirma con ojos vivos. Asiduo de la cafetería del Congreso de los Diputados para comer, ha apostado en esta ocasión por una arrocería. "Soy más de pescado que carnívoro".
Llamazares, de 52 años, prevé una primavera caliente. "A Zapatero le ha entrado el pánico y ha hecho una maniobra de evitación". Dice que el presidente del Gobierno está dando volantazos y que no avisa a sus compañeros de viaje: le ha pasado con el desarrollo del Estado de las Autonomías, argumenta, con la crisis, con las pensiones... "Se avergüenza incluso del proceso de paz. Y la derecha no admite rectificaciones, sólo admite la derrota".
Lector voraz, desliza siete citas a lo largo de la comida. También cuenta que dedica los sábados por la mañana a pasar la fregona con la música a todo volumen.
Ese carácter seco que se le atribuye lo achaca a su timidez.
Se dedicó a la política como consecuencia de la medicina -es técnico en salud pública- y tiene previsto volver a la medicina política, a Asturias, en cuanto acabe la legislatura. "Los políticos han dejado que la economía la manejen otros", dice. "La gente se ha dado cuenta de que los políticos somos marionetas que braceamos y sobreactuamos, pero no tenemos la importancia que podríamos tener en sus vidas".
Llega la hora de los postres y se ciñe a un simple café, eso sí, con sacarina. "Un giro a la izquierda nos dejaría sin espacios", dice en referencia a Izquierda Unida. "IU está posicionada a la izquierda de su electorado". ¿Y él?: "En ideas, me sitúo a la izquierda de mi partido, por mucho que algunos piensen que soy blandito y membrillo". Llamazares espera que en su coalición se imponga la cultura de la amabilidad y no quiere seguir los pasos de Rosa Aguilar: "Descarto irme del PCE al PSOE".
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