Mi abuelo el internauta
Los alumnos de un colegio de Madrid enseñan a 'navegar' a los mayores
"Abuelo, que no levantes el ratón. Y relaja la mano". Nuria está empezando a perder la paciencia. Hace rato que su abuelo Felipe sostiene el ratón del ordenador en alto, y no comprende qué debe hacer con él. Ella tiene 12 años; él, 82. Ella se ha sentado delante del ordenador, ha agarrado el ratón con la mano derecha, ha hecho doble clic en el icono de Internet y ha empezado a navegar. Él se ha sentado a su lado, ha mirado el teclado, la pantalla y el ratón, y ha esperado a que alguien le explicara qué hacer con ellos. Nuria utiliza Internet diariamente para estudiar y chatear con sus amigos. Felipe sólo lo conoce de oídas. Esta niña y su abuelo son, en fin, esa brecha digital de la que hablan expertos y políticos.
500 actos se celebraron ayer para mostrar las ventajas de la Red a quienes no la conocen
El Día de Internet se celebró ayer en toda España. Fueron casi 500 actos organizados por unas 300 asociaciones y organismos públicos, con el objetivo de acercar las ventajas de la Red a todos aquellos ciudadanos que aún no las conocen. Y las estadísticas dicen que los más desconectados son los ancianos. Según un estudio hecho público esta misma semana por el INE (Instituto Nacional de Estadística), el 86% de los internautas españoles tiene entre 16 y 24 años. Sólo un 1,6% supera los 75 años.
El Colegio Ramón y Cajal de Madrid intentó ayer cerrar esa brecha de la mejor manera que se le ocurrió: invitando a sus alumnos a que se convirtieran en improvisados profesores y mostraran a sus abuelos las ventajas de una herramienta que manejan a la perfección. "Queremos que los niños dediquen un poco de tiempo y cariño a sus abuelos, que tanto tiempo y cariño les dedican a ellos", resume Luis González Vicaria, responsable de Nuevas Tecnologías del centro. La idea se le ocurrió a su mujer, Isabel, mientras comentaban lo complicado que resulta animar a los ancianos a que manejen Internet, a pesar de las innegables ventajas que tiene para ellos, como la cantidad de información disponible y la posibilidad de estar en permanente conexión con el exterior: "¿Y por qué no ponerles un cebo?", se preguntó Isabel. "Invítales a que pasen un día con sus nietos, y que sean ellos quienes se lo expliquen".
Casi 50 alumnos y otros tantos abuelos se apuntaron a la iniciativa, que se celebró en el aula de informática del centro, en tres turnos de media hora. Las mujeres pedían a sus nietos que les buscaran información de recetas de cocina, y de arte y literatura. Los hombres preferían los deportes. Muchos aprovecharon para buscar fotografías de sus pueblos de origen, y mostrárselas a sus nietos. Ignacio Prieto, de 78 años, dio una lección magistral a Cristina, de 11, sobre la muralla de Lugo. Y hubo quien prefirió ir al grano: Fabio, de 10 años y consciente de que se acerca la Navidad, indicó a sus abuelos la página que debían visitar: nintendo.es. "Abuelo, pincha allí, donde pone Pokémon".
Para gran parte de los mayores, el principal problema era controlar el ratón. Algunos pensaban que si se les terminaba la mesa podían seguir moviendo el dispositivo en el aire. Otros tardaron la media hora que duró la clase en comprender el movimiento del cursor en la pantalla. "¿Tengo que cogerlo por el rabo?", preguntaba Jerónimo Baeza, de 62 años, a su nieta Lidia, de 10.
La iniciativa pretendía provocar a los abuelos para que conocieran Internet y se conectaran en casa. Algunos, como José González y Ofelia Gómez (de 78 y 73 años, respectivamente) salieron tan entusiasmados que pedirán a sus hijos que les regalen un ordenador. Y aunque todos reconocían que Internet está "muy bien", también explicaban que lo más importante había sido poder compartir media hora del día aprendiendo, informándose y jugando -en fin, navegando- con su nieto.
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