_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Aterrizajes

Juan José Millás

Las compañías de acceso a Internet venían prometiendo al usuario una velocidad que luego no le daban. Y no se les caía el pelo. Ahora tampoco se les va a caer, aunque Industria las obligará a proporcionar como mínimo el 80% de lo que ofrecen (y de lo que pagamos, se supone). El ardid para estafar al personal consistía en que por arriba te vendían 20 megas y por abajo incluían el término "hasta". Es decir, "hasta 20 megas", que eran los que te cobraban. Viene a ser como vender bocadillos "hasta" de jamón de bellota por un euro y darlos de carne de perro. Oiga, que esto no es jamón. Nosotros hemos puesto en el anuncio "hasta de jamón". De hecho, cada cien de mortadela damos uno de Jabugo.

Yo no sé medir megas, ni siquiera sé el aspecto que tienen, no los reconocería por la calle, pero me fastidia que me cobren 20 y me den 10. Las autoridades deberían haberlo impedido antes. Claro que también se estaban vendiendo pisos de 70 a 100 sin que nadie abriera la boca. Lo sabíamos todos: el comprador, el constructor, el banco, el notario, el súrsum corda, pero nos hacía gracia ese 30% de desfase, ese 30% de delirio, de alucinación, de ensueño. Mira, he comprado este cuchitril por 50 y lo he vendido por 70 en cuatro días. Ahora me voy a hipotecar para, con estos 70, adquirir uno de 90 que colocaré a 120 al mes que viene. Cuando no son megas son metros cuadrados, el caso es vivir con un equis por ciento de ficción, de aire, de humo, de mentira. "Hasta 20 megas", qué listos. Y nosotros hasta las narices (o sea, bastante más abajo), pero hemos de dar las gracias porque ahora nos proporcionarán al menos un 80% de realidad. No es el 100%, pero quién aguanta un 100% de realidad a palo seco. Además, conviene hacer una transición lenta, como en el caso de la burbuja inmobiliaria, un modelo de aterrizaje suave.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_