¿Cuál será la próxima burbuja?
Materias primas y países emergentes son los candidatos a la próxima crisis
El estallido de una burbuja siembra la semilla para la formación de la siguiente. Y algunos creen que tras la burbuja crediticia e inmobiliaria es el turno de las materias primas o de los países emergentes. Ante una crisis, los bancos centrales responden con bajadas de los tipos de interés. Ese dinero barato y abundante alimenta la siguiente burbuja, que suele estallar cuando los tipos emprenden el camino al alza, en un modelo simple que se repite al menos desde el crash bursátil de 1987, según explicaban los analistas de Salomon.
Las bajadas de tipos que siguieron al desplome bursátil de aquel año alimentaron una burbuja inmobiliaria, especialmente en Japón, que se rompió a comienzos de los noventa cuando la política monetaria se endureció por el alza de la inflación. El estallido de esa burbuja y la recesión de comienzos de los noventa dio paso a bajadas de tipos que alimentaron a los bonos estatales. Esa burbuja estalló en 1994 cuando los tipos empezaron a subir ante la recuperación económica y dejó la amarga lección para muchos inversores (especialmente en fondos de inversión) de que con la renta fija también es posible perder.
Las rebajas de tipos para superar una crisis alimentan la siguiente burbuja
La siguiente fue la de los mercados emergentes, inflada en parte por las bajadas de tipos con que se quiso combatir el frenazo en la recuperación económica que se produjo a mediados de los noventa. La burbuja de los mercados emergentes estalló con la crisis financiera internacional del verano y otoño de 1998 tras las subidas de tipos con las que Greenspan quiso combatir la "exuberancia irracional" de los mercados.
La crisis alcanzó tal magnitud que la Reserva Federal se aprestó a combatirla con agresivas bajadas de tipos que pusieran freno a la contracción del crédito. Eso y la inyección de liquidez para prevenir el efecto 2000 contribuyeron a inflar la siguiente burbuja, la tecnológica, que estalló tras las subidas de tipos de 1999 y 2000.
De nuevo, las bajadas de tipos para combatir tanto ese estallido como el frenazo económico tras los atentados del 11 de septiembre alimentaron un doble boom: de un lado, el inmobiliario; de otro, el crediticio, multiplicado por los nuevos productos estructurados y la actuación de los hedge funds y el private equity. Las subidas de tipos en EE UU y Europa ayudaron a detonar esa doble burbuja.
¿Cuál será la próxima? Cada burbuja es diferente de la anterior. "Más allá de un rebote inicial, el recuerdo de los inversores es demasiado doloroso como para permitir que se hinche de nuevo la última burbuja", explicaban los analistas de Salomon en 2002. JPMorgan comulga con esa teoría y cree poco probable ahora una burbuja bursátil: "El crash del Nasdaq pervive en la memoria de la mayoría de los inversores", dice Jan Loeys, de JPMorgan, que cree que los más claros candidatos son las materias primas y los mercados emergentes.
La mayoría de las burbujas se forma desde ideas sensatas. En el arranque de los noventa la caída estructural de la inflación ayudó a la burbuja de los bonos. También la burbuja tecnológica se asentaba en la idea bastante aceptada de que la adopción de nuevas tecnologías estaba llamada a incrementar la productividad y las tasas de crecimiento. Es la excesiva liquidez canalizada en función de argumentos acertados la que lleva los precios más allá de valoraciones justificables, explicaba Salomon.
En la actualidad hay fuertes argumentos tanto en favor del boom de los mercados emergentes (en países como China, India o Brasil, por ejemplo) como de las materias primas. Loeys, de JPMorgan, cree que no hay síntomas de una posible crisis inminente en los mercados emergentes y que cualquier burbuja está a años de distancia.
En cuanto a las materias primas, hay dudas más serias. El petróleo ha multiplicado por 7 su precio en euros y por 10 en dólares en menos de 10 años, pero pocos se atreven a decir que haya tocado techo o, menos aún, que esté muy sobrevalorado. Con otras materias también hay razones estructurales que explican los ascensos, pero la pendiente de las curvas de precios da vértigo en algunos casos.
Los analistas, en todo caso, son mejores explicando las burbujas que han estallado que advirtiendo sobre las que se están formando. Es cuestión de esperar. Las burbujas tienden a inflarse demasiado y autodestruirse. -
Consecuencias
- Las fuertes inversiones en los mercados de materias primas están elevando su precio en los mercados internacionales.
- Las perspectivas de rentabilidad hacen que crezca la especulación.
- Los elevados precios en materias primas como el trigo o el arroz pueden provocar disturbios y hambruna.
Causas
- Las materias primas actúan como refugio cuando otros mercados sufren inestabilidad. Con la crisis de las hipotecas basura muchos fondos de inversión se han trasladado a este mercado.
- La debilidad del dólar anima las inversiones.
- India o China, cuyo nivel de vida va en aumento, han elevado su demanda.
- Cuando la demanda se dispara, tanto los metales como los productos básicos tienen una oferta muy poco elástica. Aumentar su producción requiere mucho tiempo e inversión.
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