"El proteccionismo es una ilusión, pero no protege"
La tormenta financiera no ha hecho mella en las esperanzas de Pascal Lamy (Levallois-Perret, Francia, 1947) de alcanzar al final un acuerdo sobre la Ronda de Doha, que derribaría obstáculos al comercio y ayudaría a reanimar la economía internacional. El director de la OMC está convencido de que "el comercio es generador de crecimiento y empleo" y de que un acuerdo sobre Doha es "un ingrediente esencial para salir de la crisis".
Pregunta. ¿La dureza de la crisis nos lleva inevitablemente al proteccionismo?
Respuesta. La violencia de la crisis ha creado una demanda de protección, especialmente entre la gente que se ve golpeada en su puesto de trabajo. Hay muchas maneras de ofrecer protección y reducir la inseguridad social, como el seguro de paro o el seguro médico. El problema es que el proteccionismo es una ilusión, pero no protege. Lleva su nombre pero crea confusión.
"Hay que pasar a un modelo de crecimiento menos extravagante"
"Menos comercio implica menos puestos de trabajo"
"Derribar obstáculos es la mejor ayuda para los países en desarrollo"
P. Sin embargo, hay muchas voces pidiendo proteccionismo.
R. Quizá el proteccionismo de hoy es ingenuo. Cree que uno se puede proteger de los otros pensando que los otros no van a hacer lo mismo. Hoy veo un riesgo, pero no creo que estemos ante la amenaza de un proteccionismo de alta intensidad. No es de la misma naturaleza que el de los años 30.
P. Según un estudio del Banco Mundial, 17 de los países del G-20 ya han aumentado los aranceles y adoptado 47 medidas que dificultan o reducen los intercambios comerciales.
R. En un análisis que acabamos de publicar y que es muy exhaustivo hemos detectado un aumento de medidas proteccionistas de baja intensidad, muchas de ellas dentro de las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
P. ¿Y el buy American que exige a las empresas que han recibido ayudas públicas comprar determinados productos de EE UU?
R. El presidente Obama ya puso freno al buy American. Dijo que ésta es una frontera que no se puede cruzar, que EE UU respetaría sus obligaciones internacionales. Y ya hemos visto el efecto de freno que tuvo la respuesta del presidente Lula a las medidas, ya que su ministro proponía introducir licencias a la importación. Ambas decisiones demuestran el valor de las disciplinas de la OMC. Pero hemos constatado que hay toda una serie de situaciones que deben corregirse.
P. Sus previsiones apuntan a una caída del comercio mundial del 9% para este año. ¿Qué impacto tendrá sobre la economía real?
R. El comercio es la correa de transmisión entre la oferta y la demanda. Si la demanda disminuye, disminuye la oferta y se reduce el comercio. Una parte de esta construcción se ha visto afectada por el debilitamiento del crédito a la exportación por la crisis bancaria. Es difícil cuantificarlo, pero la debilidad del comercio internacional ha contribuido a la recesión. Y menos comercio implica menos puestos de trabajo.
P. ¿En este momento cuáles son las perspectivas para un acuerdo sobre la Ronda de Doha?
R. La mayor parte de los miembros de la OMC piden concluir lo más pronto posible un acuerdo, sobre todo los países en desarrollo. Tres cuartas partes de los países de la OMC son países en desarrollo y buscan una apertura suplementaria del mercado mundial. Estos países son más dependientes del comercio internacional para su crecimiento [económico]. El comercio mundial es el único trozo de cielo azul que los países en desarrollo tienen en el paisaje actual.
P. ¿Los países en desarrollo lo perciben así?
R. Esta semana pasada estuve en Adis Abeba y el ministro de comercio etíope me dijo: "Ayúdenos a contener el proteccionismo porque va golpearnos de lleno en los mercados de los países ricos. Aceleren la conclusión de la Ronda de Doha, que en un 80% ya está sobre la mesa".
P. ¿Cuáles son los principales obstáculos o enemigos del acuerdo de Doha?
R. Son los que encontramos al final del año pasado. Por un lado, la definición de una cláusula de salvaguardia agrícola en caso de gran aumento de importaciones en países en desarrollo. En materia industrial, las reducciones de aranceles en determinados sectores. Son dos cuestiones muy sensibles para indios y estadounidenses. EE UU ha cambiado de presidente. La nueva Administración necesita un poco de tiempo para prepararse antes de que yo pueda reconvocar a los ministros.
P. ¿En qué momento cree que estamos de la crisis? ¿Falta mucho para ver la salida?
R. Es difícil saberlo. De lo que estoy convencido es que hay una cuestión previa: la limpieza del sistema financiero. Creo, como el FMI, que aún hay miles de millones de pérdidas en el sistema financiero que tiene que salir a flote. Se han reconocido 800.000 millones de pérdidas y esto no es ni la mitad del camino que tenemos que recorrer. Hasta que no se haga esto no se generará la confianza suficiente para salir adelante.
P. ¿Piensa que la crisis económica implicará un cambio radical del capitalismo?
R. Pienso que la secuencia es limpiar, relanzar, regular y reformar. Creo que es absolutamente indispensable taponar los agujeros y crear normas de referencia internacional en materia de regulación de finanzas. Hoy es más fácil regular la circulación de animales que la de productos financieros. El capitalismo está hecho de una forma que si no regulamos esta hipertrofia financiera el problema se repetirá.
P. ¿Es sostenible el sistema capitalista actual?
R. El modelo de crecimiento sobre el que hemos vivido estos años difícilmente se puede mantener por razones económicas y ecológicas. Hay que pasar a un modelo de crecimiento menos extravagante, más mesurado. Hay que reflexionar sobre el modelo de crecimiento y asociar a esta reflexión, lo que no hemos hecho hasta ahora, a los países emergentes.
P. ¿Cree que es posible un nuevo capitalismo como el que propone Jorma Ollila, presidente de Nokia, menos pendiente del valor de las acciones y más preocupado por los aspectos humanos del trabajo y solidaridad social?
R. El modelo de capitalismo que hemos conocido estos últimos 50 años no se sostiene. La cuestión fundamental es saber si hay que readaptar, arreglar o reformar el capitalismo, o si hay que ir más lejos, ser más profundo en los cambios e ir más a fondo que estos retoques. Creo que no nos tenemos que satisfacer intelectualmente con el horizonte actual del capitalismo.
P. ¿Está a favor de introducir una nueva moneda global, alternativa al dólar, controlada por el FMI, como ha propuesto el gobernador del Banco Central de China?
R. Esta es una vieja idea. Es una corriente de pensamiento que consiste en decir, tendríamos que añadir al sistema monetario internacional una moneda de reserva, cuyo estatuto, valor, y cambio de valor, no dependiera de la coyuntura de su nacionalidad. Creo que no hay que cerrar el debate sobre la necesidad de una moneda de reserva común, aunque sólo sea por contrastar un cierto número de posibilidades de financiación con el derecho de emisiones especiales. Y estas emisiones especiales ya existen.
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