La novela de la edad de oro de las novelas
Un viejo exiliado alemán que provenía del grupo de Rosa Luxemburgo trabajaba como director de la Biblioteca Pública de una pequeña ciudad del Cono Sur. Los chicos, cuando llegaban por primera vez, le preguntaban: "Don Enrique, ¿qué puedo leer?", y él, en medio del recinto y siempre de espaldas, contestaba seca e invariablemente: "David
Copperfield". Luego, una vez leído, se lo tomaba al chico como quien toma una lección y sólo tras esta prueba satisfactoria uno podía ser admitido en la confraternidad de los lectores. ¿Por qué ésa y no otra?, se preguntará más de uno. Para mí, no cabe la menor duda: David Copperfield es la novela de las novelas; no la mejor, ni la más compleja, ni la más ambiciosa, ni la más trascendente..., no. Es la novela más novela de todas las novelas de la edad de oro de la novela.
DAVID COPPERFIELD
Charles Dickens
Traducción de Marta Salis
Ilustraciones de H. K. Browne 'Phiz'
Alba. Barcelona, 2003
1.022 páginas. 37,50 euros
David Copperfield inaugura la gran etapa de Dickens que culminará en obras que, personalmente, considero de superior densidad, como Casa desolada o Nuestro común amigo. Pero lo que la hace única es su capacidad de absorber, conmover y deleitar a cualquier lector mínima o máximamente interesado por la lectura. Este inmenso relato se desenvuelve en un entramado claramente sentimental, ingenuo en ocasiones y caricaturesco en otras, pero la suma de sus elementos va atinando una vez tras otra en alcanzar todos los símbolos experienciales del desarrollo de un héroe de la vida moderna. Armada con un dominio extraordinario de la trama, sostenida por un elenco de personajes inolvidables gracias al poder hipnótico de su caracterización tan elemental como esencialista, utilizando toda clase de recursos del melodrama, el humor, la intriga, la aventura y la melancolía, Charles Dickens se eleva sobre la sociedad inglesa sometida al brutal impacto de la revolución industrial para observarla y convertirla, cual un maestro de experiencia, en un campo de expresión literaria del nuevo mundo urbano. Además, creo que ésta es una de las pocas veces en que no resulta un tópico o una consciente vaguedad decir que es un relato que trata de la Vida. Ése es su valor universal e imperecedero. Él amaba este libro más que ningún otro de los suyos.
No hay mejor regalo en tiempo de regalos que esta nueva y completa traducción, presentada en una edición impecable, que contiene las maravillosas ilustraciones de Phiz y cuya preciosa y audacísima portada no sorprenderá a quienes ya tengan noticia del Libro de los cocodrilos de Peggotty.
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