Un mundo imposible

Haría falta ser un novelista muy osado, muy seguro de sí mismo, para llamar Tony La Mentira a un jefe de sicarios y bautizar con el sobrenombre de La Barbie a su primo hermano, también dedicado al lucrativo negocio de cortar cabezas a este lado del Río Grande. Si, además, por alguna parte de la novela, aparece un gañán al que todo el mundo conoce por El Pozolero gracias a su habilidad en convertir en pozole -un guiso caldoso de maíz, carne y chile- a los narcotraficantes rivales y, dos páginas más adelante, el escritor sitúa el siguiente diálogo entre un policía federal y una reina de la belleza que se hace acompañar por siete tipos bien pertrechados con rifles de asalto, pistolas y miles de dólares frescos...

"Un país como México se entiende mejor por Los Tigres del Norte que por los más sesudos intelectuales", afirma Arturo Pérez-Reverte

-¿Adónde se dirigía usted, señorita?

-A Colombia, agente, de compras...

...si, en fin, el escritor muy osado, o muy seguro de sí mismo, tuviese la ocurrencia de juntar todos esos elementos y ofrecérselo al público en medio de balaceras interminables, corporaciones policiales detenidas en pleno, la dosis habitual de políticos corruptos y un episodio en el que un asesor antisecuestros de origen gringo es capturado minutos después de dar una charla a un grupo de empresarios de Saltillo sobre cómo evitar, precisamente, ser secuestrado, el abrumado lector tendría derecho a pensar que el escritor en cuestión debería de cambiar urgentemente de camello, o de narcomenudista, que es como llaman aquí en México a los que se dedican a la venta de droga al por menor.

Pero no. La que, en todo caso, tendría que cambiar de camello urgentemente es la realidad de México en general y de la frontera con la Unión Americana en particular. Porque todo lo anterior, salpicado de detalles más increíbles todavía -tras ser detenido en Tijuana, El Pozolero confesó que ensayaba con piernas de cordero la eficacia de su puré-, ha sucedido en el último año, a un ritmo vertiginoso, de una forma tan irreal que sólo la realidad puede permitirse. De los gajos de esa realidad increíble está alimentándose y consolidándose una nueva forma de ficción -la narcoliteratura-, cuyos exponentes de más éxito en México son dos escritores, uno mexicano y el otro español, amigos entre sí y admiradores ambos de la música de Los Tigres del Norte y de Los Tucanes de Tijuana. Élmer Mendoza con El amante de Janis Joplin o Balas de plata y Arturo Pérez-Reverte con La Reina del Sur -que se sigue reeditando siete años después de su aparición- le dieron consistencia de literatura a lo que desde hacía tiempo venía pasando en la calle, pero que, increíblemente, sólo los cantantes de corridos -y tal vez sin pretenderlo- se habían atrevido a elevar a la categoría de cultura. Por eso, durante la pasada edición de la Feria del Libro de Guadalajara en otoño, Pérez-Reverte quiso homenajear a Los Tigres del Norte, meterlos en el corazón de la literatura en español y rendirles pública pleitesía al proclamar: "Un país como México se entiende mejor por Los Tigres del Norte que por los más sesudos intelectuales o los novelistas de más éxito. Este país tiene una realidad tierna y violenta, dura y familiar, trágica y feliz, y el corrido y el narcocorrido norteño es el que mejor la ha definido. Élmer Mendoza y yo somos pinches escritores que necesitamos quinientas páginas para contar lo que Los Tigres del Norte cuentan en tres minutos y medio".

Aquello fue a principios del pasado mes de diciembre. Como si de un pistoletazo de salida se tratara, desde entonces hasta ahora, las novelas del narcotráfico han ido ganando espacio en las librerías mexicanas y, de forma más tímida, también en las españolas. Cada vez aparecen más autores jóvenes, escritores de la frontera norte prácticamente desconocidos para el gran público, pero también los más grandes ofrecen su versión sobre esta época tan violenta de la historia de México. En el preludio de su última novela, La voluntad y la fortuna, Carlos Fuentes hace hablar a una cabeza cortada: "Aquí está mi cabeza cortada, perdida como un coco a orillas del océano Pacífico en la costa mexicana de Guerrero". La repercusión ha sido inmediata. Ya hay librerías mexicanas cuyo 40% de ventas corresponde a literatura sobre el narcotráfico. Un periódico local titulaba recientemente: "Aumenta el consumo de narcoliteratura por parte de los jóvenes hidrocálidos

[no se trata de una enfermedad, tan sólo es cuestión de haber nacido en Aguas Calientes]".

Los Tigres del Norte actuarán en España en septiembre. Fechas en www.lostigresdelnorte.com