El último maquis se deja ver en el Festival de Venecia
'Caracremada', de Lluís Galter, competirá en la próxima edición
Ramon Vila, alias Caracremada dedicó los últimos 15 años de su vida a cortar torres de alta tensión con una sierra. Formaba parte de su solitaria rutina en el bosque, igual que comer, dormir o lavarse los dientes. El sabotaje a las centrales eléctricas fue la resistencia particular de este hombre indomable, hijo de casa pobre, activista obrero, luchador libertario y resistente antinazi en el exilio francés, que fue el último maquis en Cataluña hasta que en 1963 cayó abatido a tiros por la Guardia Civil. El director Lluís Galter (Figueres, 1983) narra la vida de este guerrillero antifranquista en su ópera prima, Caracremada, que acaba de ser seleccionada para competir en el apartado Orizzonti de la 67ª edición de la Muestra Internacional de Cine de Venecia.
En sus últimos años, Ramon Vila se dedicó a sabotear líneas eléctricas
"Me interesaba mucho la parte invisible de su historia, la más clandestina", cuenta Galter. En su película no hay disparos ni persecuciones. La imagen principal es Caracremada serrando torres de alta tensión en medio del bosque. "Sabotear las centrales era su protesta contra la dictadura porque creía que así provocaría el caos y la caída del Régimen, era el acto individual de un hombre para resistir hasta la muerte", explica el director. La película apenas tiene diálogo y aunque cuenta con el actor Lluís Soler en el papel protagonista, la mayoría de los personajes están interpretados por gente corriente, porque "sus rasgos y sus miradas lo dicen todo".
Ambientada en los bosques catalanes, el filme se empezó a rodar "con un presupuesto irrisorio" y sin una productora detrás, pero con las cámaras en marcha, el productor Paco Poch se interesó por el proyecto y fueron sumando apoyos. TV3 ha comprado los derechos de la película, que también se presentará, aunque sin competir, en San Sebastián.
Todavía sin fecha de estreno en España, Galter ve la nominación en Venecia como la oportunidad de dar a conocer su película -que competirá en el apartado de nuevas tendencias con Guest, de José Luis Guerín- y potenciar su distribución. "Es una lástima que el filme guste más en Italia, donde ni les va ni les viene el tema de los maquis, que en España", denuncia Galter. Aun así, puntualiza: la película es local, pero no localista, porque la manera de contarla, desde la filosofía del absurdo, "es universal".
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