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Reportaje:TECNOLOGÍA

Buscadores con un lado humano

A partir del trabajo de los metabuscadores, expertos personalizan y afinan los resultados

Tomàs Delclós

Las arañas digitales de los grandes buscadores rastrean Internet y dan pistas, más o menos pertinentes, sobre lo que interesa a cada internauta. Pero los algoritmos de búsqueda, en su barrido universal de la Red, dan muchos resultados, demasiados.

De ahí que empiecen a proliferar los buscadores que añaden la pesquisa humana al husmeo digital de los robots. Equipos de personas que hacen su propia selección de sitios, expertos en la navegación que guían al internauta para encontrar con más precisión lo que busca o jerarquizan de los resultados en función de los hallazgos que han hecho los internautas precedentes.

Algunos, como Yahoo!, mantienen plantillas remuneradas para alimentar sus directorios, pero nunca serán suficientes. Como un paso más en este camino, hay proyectos como el de Dmoz.org, en el que cualquier internauta puede convertirse en editor de un directorio sobre una pequeñísima parte de los contenidos que alberga en su panza Internet.

Un humano es mejor que una máquina para determinar si un resultado es bueno o malo, dice el creador de Kratia.com

El norteamericano Mahalo.com, por ejemplo, tiene un equipo de sabuesos que van construyendo sus propios listados. La versión alpha de este buscador tiene indexados cuatro mil términos de búsqueda. Si el internauta pide un término que no ha sido trabajado por la gente de Mahalo, le remiten a los resultados de Google. Chacha.com, otra iniciativa estadounidense, aporta al refino de las búsquedas la posibilidad de consultar, vía mensajería instantánea, a un guía del buscador. La consulta es gratuita, aunque el guía cobra a la empresa del sitio unos 10 dólares por hora y sube o baja su cotización en función de la nota que le pone el internauta cliente. El objetivo a medio plazo de Chacha es ir creando una red de guías que sean la vanguardia en la consulta de búsquedas por voz a través del móvil.

En España también hay algunas experiencias incipientes en el territorio de los buscadores sociales, donde se completa la búsqueda de la máquina con correcciones humanas. Detrás de Kratia.com está el valenciano Mario Carbonell. Kratia trabaja sobre los resultados que da el buscador MSN, pero los votos de los internautas orientan el orden de aparición en los listados. Los más populares aparecen primero. "Un humano es mejor que una máquina para determinar si un resultado es bueno o malo. En los buscadores basados exclusivamente en algoritmos, mucha gente trata de hacer ingeniería inversa y posicionar su web con ventaja". Carbonell, a pesar de su admiración por proyectos colaborativos como el de Wikipedia, no descarta que también en Kratia se entrometan usuarios malintencionados que estropeen los resultados. "Quiero hacer una versión donde se pueda ver qué usuario ha votado qué y si se advierte una conducta maliciosa, expulsarlo". Ahora trabaja en un programa para foros sin jerarquías, "donde las decisiones se tomen democráticamente, sin necesidad de moderador. Que las decisiones que haya de tomar, las tome la comunidad".

Gennio.com es otro buscador español donde el internauta juega un papel con sus búsquedas. José Mercader, su promotor, explica que el sitio "aprovecha la inteligencia colectiva del usuario". Una dirección es valorada cuando ha sido guardada por el internauta en sus favoritos o copiada en sus carpetas. Abierto a cualquier navegante, Gennio ofrece la posibilidad de registrarse y tener el archivo personal de favoritos en línea, consultable desde cualquier ordenador. El internauta registrado puede añadir comentarios a los enlaces.

Las búsquedas desde Gennio pueden hacerse en su base de datos o acudiendo a un metabuscador que recurre a los resultados de arañas ajenas. En la base de datos de Gennio, según Mercader, hay unos dos millones de enlaces indexados que satisfacen a un 85% o 90% de las búsquedas. Hay un 10%, admite, que debe acudir a los buscadores externos.

SILJA GÖTZ

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