BOCAZAS CON GUITARRA
Para muchos, se trata de un alboroto absurdo, un escándalo prefabricado; para la extrema derecha, un atentado a la libertad de expresión. Según lo cuenta el interesado, el guitarrista Ted Nugent, fue despedido ignominiosamente del periódico tejano donde escribía una columna de opinión semanal.
Nugent es una de las voces más estridentes del conservadurismo estadounidense. Cazador fanático, defiende el derecho a acumular arsenales particulares. Arremete contra los homosexuales, las drogas y el proyecto de sanidad universal. Si se le calienta la boca, exige lanzar bombas atómicas contra Irán.
Tratándose de un rockero de melena hasta el culo, parecería que ejerce de bufón entre los más exaltados del Partido Republicano. No se confundan: Ted mantiene excelentes relaciones con un antiguo vecino, George W. Bush. Su nombre reaparece cuando buscan candidatos a gobernador en su estado natal, Michigan.
Para lanzarse a la arena política, vendría perfecto el perfil de patriota censurado por la prensa liberal. Pero fallan los detalles: el Waco Tribune-Herald pertenece a una familia tan conservadora que ha añadido a la cabecera el lema "En Dios confiamos". Gente de orden, incómoda con los exabruptos. En 2007, Ted exhibía armas en el escenario, antes de insultar a Hillary Clinton y amenazar a Barack Obama: "Es una mierda y le digo que chupe mi metralleta".
Carlos Sánchez, director del periódico, explica que los dueños pretendían moderar el tono editorial, conscientes de la inestable fauna que habita en Waco: recuerden el drama de la secta de los davidianos. Pedían que los textos (1) fueran reflexivos, (2) evitaran ataques personales, (3) trataran con un mínimo respeto a los políticos con cargo y (4) ofrecieran alternativas en vez de meros ataques.
De primeras, Nugent aceptó esas reglas pero lo siguiente fue una andanada desde su página web: se negaba a escribir "cosas agradables" y se equiparaba con Washington, Jefferson y otros héroes estadounidenses. Como en El Álamo, añadía, sólo podía contemplar una opción: "Victoria o muerte".
Desdichadamente, colocarse en un pedestal invita a las comparaciones entre dichos y hechos. Nugent se formó en el rock de Detroit, una de las escenas más radicalizadas de los sesenta. Con los Amboy Dukes, facturó música excitante, a veces netamente psicodélica (Journey to the center of the mind). Como sus colegas de MC5 o los Stooges, Ted no quería visitar Vietnam. Antes de la revisión para el servicio militar, se hartó de comida basura. Orinaba y defecaba sin quitarse la ropa. Cuando se presentó, apestaba y fue declarado inútil. En definitiva, es un chickenhawk, uno de esos "halcones cobardicas" que -como Cheney, como Bush- se las ingeniaron para no ir a la guerra.
Le están sacando todos los trapos sucios. Lo siento por Ted: es uno de esos payasos que, ocasionalmente, sueltan argumentos sensatos. Aunque admiro más su elocuencia con la Gibson. Yo iba a sus conciertos: creo que se me escucha gritar en su Live at Hammersmith '79. Pero no se lo digan a nadie.
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