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Reportaje:LA REBELIÓN DE LOS JÓVENES

El arma es la red

Los papeles de Wikileaks revelan cómo los blogueros de Egipto iniciaron su rebelión en 2005, se inspiraron en la revuelta de Irán y usaron Facebook para enfrentarse a la dictadura

Francisco Peregil

Mucho antes de que el pasado 17 de diciembre un verdulero tunecino se prendiera fuego y desencadenara la mayor rebelión popular en el mundo árabe, la llama de la lucha había empezado a propagarse por Internet. Los diplomáticos de Estados Unidos en Egipto siguieron muy de cerca el rastro del humo.

En junio de 2009 miles de internautas egipcios colgaron en Internet imágenes sobre la revuelta que estalló en Irán contra el régimen de los clérigos. En la embajada de Estados Unidos en El Cairo tomaron nota: "Los blogueros egipcios siguen obsesionados con los disturbios de Irán, aunque la historia se ha caído ya de las portadas de los periódicos de Egipto. (...) Sandmonkey [uno de los blogueros] nos dijo en privado que admira a la oposición iraní por 'hacer frente al sistema' y 'mostrar al mundo que ellos están contra los mulás'. Cree que los egipcios miran a los manifestantes iraníes con 'pura envidia' por protestar contra el Gobierno de una manera en que los egipcios no se atreven. (...) Otra bloguera nos dijo que la creciente libertad de Irán redundará en el interés de Egipto".

Al menos desde 2006 había una conexión entre los cibernautas rebeldes de Egipto y los de Túnez
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En marzo de 2009, tres meses antes de los disturbios en Irán, la misma embajada emitió otro telegrama en el que señalaba que los blogueros egipcios estaban "desempeñando un importante papel al ensanchar el espectro de libertad de expresión y las discusiones sociales y políticas". "Las discusiones de los blogueros sobre temas delicados, como los abusos sexuales y las tensiones sectarias y el Ejército, representan un cambio significativo respecto a hace cinco años, y han influido en la sociedad y en los medios".

En efecto, el panorama había cambiado mucho en pocos años. En 2005 la embajada en El Cairo informaba sobre el primer arresto de un joven bloguero, Abdul Karim Nabil Soliman, por criticar al islam. Muchos blogueros se declararon en contra de las opiniones de Abdul pero se opusieron manifiestamente a su detención. La embajada describió aquel caso con cierta ironía y distanciamiento, sin oler lo que se avecinaba: "Debido a la naturaleza controvertida de los escritos de Abdul Karim, nosotros no abogamos por hacer de él un póster por la libertad de expresión en Egipto".

A partir de entonces, los diplomáticos iban a disponer de muchos nombres y rostros de blogueros detenidos con los que juntar una buena colección de carteles. En 2005 había sido encarcelado en Túnez el abogado Mohamed Abbou, "un letrado sin ningún lazo ideológico con los islamistas", por colgar en Internet dos artículos contra el entonces presidente Ben Ali y su familia. En 2006 los blogueros egipcios empezaron a organizar concentraciones en la plaza Tahrir, la misma en donde ahora se promueve la caída del régimen. El Gobierno de Hosni Mubarak comenzó a encarcelar a los blogueros. Desde una cárcel de Túnez, Mohamed Abbou iniciaba una huelga de hambre para protestar por las restricciones que sufría en el régimen de visitas. Y desde El Cairo, Gamal Eid, el principal abogado de los blogueros egipcios, se refirió al tunecino Abbou como "el más famoso caso de prisionero árabe por libertad de expresión". Ya desde 2006 había una conexión entre los cibernautas rebeldes de Egipto y Túnez.

En los dos últimos años la Embajada de EE UU emitió más de 50 cables informando sobre los blogueros. Su influencia estaba marcando "el curso de los acontecimientos". El activista egipcio de derechos humanos Hossam Bahgat dijo a los diplomáticos estadounidenses que los blogueros habían influido positivamente en los medios independientes, "sobre todo en las televisiones por satélite, para discutir temas delicados como sexualidad y aborto". Wael Abbas, "quizás el bloguero egipcio más prominente", dijo a los diplomáticos estadounidenses que fue decisivo el hecho de que las blogueras empezasen a contar en la Red sus historias personales sobre acoso.

En 2006, los cibernautas perdieron fuerza en Egipto, según explicó a los diplomáticos el bloguero Wael Abbas. Una razón fueron las "desavenencias con los blogueros islamistas"; y la otra, "la persecución" que sufrieron por parte del Gobierno. Cuando parecía que los blogueros habían sido derrotados por la dictadura, llegaron los usuarios de Facebook como si fueran el Séptimo de Caballería. El 6 de abril de 2008 se convocó una huelga general de enorme éxito a través de Facebook. De allí surgió el movimiento Seis de Abril, que ya no se conformaba con una reforma y reclamaba el derrocamiento del régimen. Lo formaban unos 800 miembros activos y tenía unos 70.000 seguidores en la Red. Pero los máximos responsables de esta organización, igual que los blogueros, también fueron acosados y torturados. Y también sufrieron divisiones internas con los islamistas.

En julio de 2009 los diplomáticos estadounidenses se reunieron con Ahmed Saleh, líder del Seis de Abril, y este les dijo que expulsaron del movimiento a 13 islamistas y nasseristas para preservar "la orientación laica y occidental" del movimiento. "Saleh nos había dicho previamente que estos miembros habían tratado de secuestrar el Seis de Abril para transformarlo en un movimiento islamista opuesto a occidente y al tratado de paz con Israel. Predijo que a partir de ahora miles de jóvenes egipcios se unirían al Seis de Abril, ahora que el movimiento había resuelto sus problemas internos".

Los diplomáticos estadounidenses siguieron muy de cerca la evolución de este movimiento desde noviembre de 2008, en el primer encuentro con su líder. Saleh pedía ayuda para que Estados Unidos presionara a Mubarak y en 2011 pudieran celebrarse unas elecciones verdaderamente democráticas. "Saleh es un activista joven e idealista que estaba entusiasmado por hablar con nosotros la primera vez. (...) La seguridad del Estado trata, aparentemente, de impedir la más inocua reunión de este movimiento", indicaba un telegrama en noviembre de 2008.

Un mes antes, la embajadora de Estados Unidos, Margaret Scobey, dialogaba sobre la libertad de expresión en las redes sociales con el primer ministro egipcio, Ahmed Naziz -destituido el pasado 29 de enero a causa de las revueltas-. Naziz prometió a Scobey: "Mientras yo sea primer ministro, no censuraremos Internet ni eliminaremos Facebook".

La mecha seguía extendiéndose. En marzo de 2009, los propios diplomáticos estadounidenses reconocían: "[los blogueros] han ensanchado significativamente el rango de temas que los egipcios discuten públicamente". El telegrama enviado aquel mes indicaba que había unos 160.000 blogueros en Egipto, la mayor parte de los cuales escribía en árabe, y una minoría en inglés. Una ONG indicó a la embajada que la mayoría de los blogueros tienen entre 25 y 30 años y el 30% de ellos escribe de política.

Parecía que había decaído la fuerza de los cibernautas. Pero era solo un espejismo. En 2009 y 2010 los blogueros consultados por la embajada coincidían en que el momento clave para derrocar al régimen llegaría en 2011, con las elecciones presidenciales. La mecha llevaba encendida mucho tiempo. Sólo necesitó la muerte de un joven desesperado en Túnez. ^

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Un  manifestante, subido a una farola, protesta contra el régimen de Mubarak en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo. Muchos siguieron las convocatorias a través de Internet.
Un manifestante, subido a una farola, protesta contra el régimen de Mubarak en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo. Muchos siguieron las convocatorias a través de Internet.AP

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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