La Historia en portada
Un libro de Juan Fermín Vílchez cuenta la evolución ideológica y gráfica de la prensa diaria española a través de sus páginas
Son más de dos siglos de Historia desde aquel primer periódico publicado en España, el 1 de febrero de 1758, bajo la cabecera de Diario Noticioso, Curioso erudito, y Comercial Público, y Económico, con el tamaño de una cuartilla y apariencia de libro. Una amplia selección de primeras páginas de todo ese largo periodo es la materia en la que se basa el libro Historia gráfica de la prensa diaria española, de Juan Fermín Vílchez de Arribas, cuyo primer tomo abarca hasta 1976, el año en que EL PAÍS pudo presentarse ante los lectores tras años de lucha para superar las dificultades impuestas por la dictadura de Franco.
Titulares a toda plana como "El pueblo, cansado de sufrir hambre, asalta las tahonas y apedrea e incendia otros comercios" (La Jornada, 1 de marzo de 1919); "Ayer, con un orden absoluto y un entusiasmo frenético, quedó instaurada la República en España" (El Sol, 15 de abril de 1931), o "Los clarines de Franco son las trompetas de Jericó" (Informaciones, 30 de marzo de 1939) aparecen en las portadas reproducidas. El recorrido visual por esta obra, editada por RBA, recuerda al lector una serie de hechos relevantes ocurridos a lo largo de 218 años. También, los grandes avances técnicos decimonónicos, que favorecieron la introducción de rotativas para la producción de periódicos -El Imparcial de Madrid fue el primero de España en utilizar una máquina de ese tipo-, las linotipias en las imprentas o las máquinas de escribir, ya en las postrimerías del siglo XIX; la fundación de La Vanguardia en 1881, que a las pocas semanas de su salida ofrecía dos ediciones por jornada, de mañana y de tarde, y fue de los primeros en imprimir fotografías -esporádicamente en un principio-; y la creación de otras muchas cabeceras que perviven.
De especial interés es la parte del libro dedicada al comportamiento de la prensa durante la II República y la Guerra Civil. Los diarios tuvieron una influencia notable en la opinión pública cuando, sin televisión y con la radio todavía no plenamente desarrollada, la prensa constituía el único medio de comunicación de masas, tanto la ligada a familias o grupos empresariales, como a los partidos políticos. El autor pone como ejemplo notorio "la agresiva campaña electoral de las elecciones de febrero 1936", cuando triunfó el Frente Popular y se abrió el camino al golpe militar y a la contienda.
Durante la Guerra Civil se dieron circunstancias tan especiales como la publicación de una misma cabecera, la de Abc, con dos periódicos de aspecto parecido pero contenidos muy distintos, que desde sus sedes de Sevilla y de Madrid participaron informativamente en la lucha fratricida. El primero con su ideología conservadora de siempre, y el de Madrid, con la republicana circunstancial; el sevillano defendiendo al ejército del general Franco, y el madrileño apoyando al Gobierno de la Segunda República; el primero, con problemas de suministro de papel al principio de la guerra, que fueron subsanándose conforme avanzaba esta, y el segundo, todo lo contrario, con apuros durante los últimos meses. Los grandes titulares reflejan las apuestas ideológicas y partidistas de los que dominan cada medio.
El libro resalta también el aspecto gráfico de la prensa diaria española, que siempre estuvo vinculado al desarrollo de los procedimientos de impresión y a la creatividad de los periodistas "de confección", modernamente llamados diseñadores. Según Vílchez, el periodista pionero en la confección de diarios fue el malagueño Augusto Suárez de Figueroa (1852-1904), quien revolucionó la forma gráfica de la prensa cuando dirigió en Madrid El Resumen, Heraldo de Madrid y Diario Universal. Además, está considerado por los historiadores como el último profesional de la información que murió como consecuencia de un duelo a sable, al ser desafiado por un hijo del general Manuel Salamanca (1831-1891), antiguo gobernador general de Cuba cuando esta isla se encontraba bajo la soberanía de España. Suárez de Figueroa fue también el primer director que contrató como redactora a una mujer, la almeriense Carmen de Burgos, Colombine (1867-1932).
Un buen número de portadas incluidas en la obra permiten observar la coincidencia de enfoques de las cabeceras supervivientes a la victoria militar de Franco sobre los republicanos, la evolución de las primeras páginas de los periódicos más significativos durante la dictadura o la forma en que varios de ellos presentaron la noticia de la muerte de Franco, en 1975. En el relato se engarza también una galería de acontecimientos mundiales que tuvieron honores de primera página.
El libro abarca hasta 1976, el año de aparición de EL PAÍS, el diario llamado a convertirse, según el autor, en "referencia del moderno periodismo español por contenido y diseño". -
Historia gráfica de la prensa diaria española, de Juan Fermín Vílchez de Arribas. Editorial RBA. Precio: 40 euros.
La competencia por el 'cuarto poder'
Durante muchas décadas, el llamado cuarto poder residió en las cabeceras de
la prensa escrita y en sus diferentes formatos, que se reproducen sobre estas líneas de forma comparada. Algunas de las primeras páginas presentadas a la izquierda rememoran el modo de contar grandes acontecimientos, como la guerra de Cuba de 1898 o el triunfo electoral del Frente Popular en 1936, meses antes del golpe militar contra la II República, que abocó
a la Guerra Civil. Se reproducen la portada de un periódico vasco que dio cuenta del bombardeo de Gernika; otra de un diario valenciano que confirmó la muerte de Franco en las primeras semanas de la Guerra Civil, y un ejemplo del modo en
que se presentaban los triunfos franquistas
en la prensa editada bajo su control.
Aparecen también dos portadas de Abc
de Madrid, una del 25 de julio de 1936 -cuando el periódico había sido incautado- dando un viva a la República, y la otra del 30 de marzo de 1939, exaltando a Franco con una nota manuscrita de su director, más esta explicación añadida al pie: "Los ladrones mancharon esta portada con un repugnante viva a la República".
Eran tiempos de prensa de combate.
Luego llegaron la censura y las severas sanciones del franquismo. La libertad hubo de esperar mucho más, hasta el restablecimiento de la democracia.
Actualmente, el problema de la prensa
es otro: la crisis del diario de papel, que cuestiona su existencia futura. Sobre todo porque han surgido más sistemas para comunicar noticias, con Internet como protagonista. El rotativo que conocemos apenas tuvo competencia hasta muy avanzado el siglo XX, pero ya no es
el único que ofrece los conceptos
del cuarto poder. -
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