Una moneda para 332 millones de europeos
Cómo funciona la maquinaria que suministra euros al sistema
El 1 de enero de 2002, los billetes y monedas en euros se pusieron en circulación en 12 Estados miembros de la Unión Europea (UE). La adopción de una moneda común supuso un reto sin precedentes, pero su introducción se realizó sin grandes dificultades: en cuestión de días, miles de millones de billetes y monedas comenzaron a circular. Se ponía fin, en muchos casos, a siglos con la misma divisa nacional en muchos países. Desde entonces, otros cinco Estados miembros han adoptado el euro, con lo que el número total de países de la UE que actualmente utilizan la moneda asciende a 17, lo que representa una población total de 332 millones.
El Instituto Monetario Europeo, predecesor del Banco Central Europeo, organizó un concurso para diseñar los billetes del euro. El jurado eligió una serie del austriaco Robert Kalina basada en el tema "épocas y estilos de Europa". La producción de billetes en euros comenzó en julio de 1999 y se llevó a cabo en 15 fábricas ubicadas en distintos puntos de la UE. A 1 de enero de 2002 se había imprimido una remesa inicial de 14.900 millones de billetes (que cubrían la superficie equivalente a 15.000 campos de fútbol) en los 12 países que entonces conformaban la zona euro. Se acuñaron aproximadamente 52.000 millones de monedas, por un valor total de 15.750 millones de euros, en 16 fábricas de monedas, para lo que se utilizaron 250.000 toneladas de metal.
El euro comenzó su existencia en España como unidad de cuenta el 1 de enero de 1999. No obstante, para la mayor parte de los ciudadanos no se convirtió en realidad hasta la introducción de los billetes y monedas el 1 de enero de 2002. Con ocasión del aterrizaje de la moneda física en España se fabricaron 1.924 millones de billetes y 7.055 millones de monedas, volúmenes necesarios para satisfacer la demanda inicial y proporcionar los stocks que requería el país. Desde su estreno, el valor de la cantidad de billetes y monedas en euros en circulación en España casi se ha duplicado, llegando a los 75.000 millones de euros.
El Eurosistema determina las necesidades finales de producción anual de billetes y asigna los volúmenes con denominación a los bancos centrales nacionales. Cada una de estas entidades es responsable de la producción de una parte del total anual requerido de una o más denominaciones. Los bancos centrales producen la proporción de billetes en euros que se les haya asignado, bien directamente o encargándola a subcontratistas.
A mediados de 2011 había en circulación en toda la zona euro 14.200 millones de biletes y 95.600 millones de monedas, con un valor total de 847.000 millones de euros y 22.800 millones de euros, respectivamente. El mayor porcentaje en términos de volumen (39,5%) correspondía a los billetes de 50 euros, y en términos de valor, a los de 500 euros (34,3%), seguidos muy de cerca por los de 50 euros (33%).
En octubre de 2008, con la escalada de la crisis financiera, el número de billetes en euros que entró en circulación se incrementó significativamente, en particular los de alta denominación. Por ejemplo, en ese mes, la cifra de dichos billetes era tres veces superior a la de octubre de 2007. Para satisfacer la demanda, el Eurosistema ha creado reservas logísticas y estratégicas de billetes. La primera satisface la demanda de billetes en situaciones de normalidad, incluyendo los momentos de máxima demanda, mientras que se recurre a la segunda en los casos de que un banco central tenga escasez de una denominación concreta que no puede facilitarle otro banco central.
Salvo en los dos primeros años de vida física del euro, cada ejercicio se han retirado una media superior a los 200.000 billetes de euros falsos.
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