"Yo nunca firmaría un manifiesto"
Albert Pla (Sabadell, 1966) empieza a quitarse el traje de faena sobre las escaleras del Centre d'Art Santa Mònica. Poco a poco, se despoja del uniforme de Gran Lectus, el personaje que interpreta en la obra Llits (Camas). Hace media hora recorría Las Ramblas sobre una cama con ruedas haciendo playback sobre melodías creadas por Lluís Llach para esta obra escrita y dirigida por Lluís Danés y que se estrenó ayer en el Teatro Nacional de Catalunya. Pasa una empleada de la sala y le ofrece cambiarse en un vestuario, pero él, ya en calzoncillos, declina amablemente la oferta. Se calza un pantalón de chándal verde y unos zapatos marrones. Ya no es ese artista del circo postrado en cama tras fracasar en el intento de lograr el cuádruple salto mortal, el eje de esta ambiciosa obra, una mezcla de musical, cuento alegórico, circo y obra de texto. La segunda producción con los créditos más largos de la historia del TNC tiene como protagonista a este cantautor, actor y personaje, que fue casi famoso y hoy se maneja con soltura por los márgenes de lo establecido, sin comprometer un ápice su discurso. Ha versionado a Lou Reed sin saber inglés ni interesarle la música del neoyorquino, ha musicado poemas de Fonollosa cuando la poesía le importa un pimiento y antes de que se le exiliara mediáticamente por romper él solito el pacto antiterrorista, salió mucho en la tele. Siempre con un "por qué no" como única coartada.
"Cuando te ves en tertulias televisivas sobre drogas y jóvenes es que toca retirada"
Llits, con un diseño de producción fantástico y un libreto onírico que gira alrededor de la cama como eje vital, se representará en castellano en el madrileño Circo Price a partir del 5 de febrero. Pla se pone una camiseta y toma asiento sobre las gélidas escaleras
EP3. ¿Qué pensó cuando le ofrecieron el papel?
Albert Pla. Si hay que saltar, se salta.
EP3. ¿Hay algo que le haya resultado especialmente complicado?
A. P. No se me hace nada nunca difícil. Todo es fácil para mí. Si encuentro algo complicado, no lo hago. Jamás intento cosas, nunca pierdo tiempo. La mayoría de creaciones que quería desarrollar no las he culminado. He completado el 1% de los espectáculos que quería hacer y no más del 0,5% de las canciones. Esto no significa que lo que grabes o las obras en las que participes no te gusten, que conste.
EP3. ¿Cómo se siente formando parte de un engranaje enorme e institucional?
A. P. ¿Yo? Orgulloso. Si sumas el coste de todos los espectáculos en los que he participado durante toda mi carrera, no suman ni el 10% de lo cuesta éste.
EP3. ¿Qué diferencias existen entre trabajar para Sony BMG y hacerlo para el Teatre Nacional de Catalunya?
A. P. El TNC es un sitio donde te toman huellas digitales para poder entrar y salir. Hay unos vestíbulos inmensos que no sé para qué coño sirven en donde podrían caber 25 salas para hacer arte. Lo único que sobra son guardias jurados. Vigilan mucho, no sea que entre gente como usted, ¿me entiende? No queremos que eso pase. A mí, me tomaron las huellas, cada día meto el dedo en un chisme en la puerta y siempre doy error. Menos mal que está el segurata simpático. Me conoce y me deja entrar y salir.
EP3. ¿Se siente hoy más a gusto con la autoridad, aunque sea privada?
A. P. Deben ser los años. Esto es como la Guardia Civil y los periodistas
EP3. ¿Perdón?
A. P. Sí, hombre. De joven, ves a la Guardia Civil como señores con bigote que dan miedo; a los periodistas, como tipos veteranos y cultos. Con el tiempo, te fijas en los guardias civiles, y son unos chavalines; los periodistas, unos pardillos.
EP3. Ser usted da la sensación de que debe ser tremendamente difícil o el trabajo más fácil del mundo
A. P. Es que no sé hacer nada más que ser esto. Hago lo que puedo como buenamente puedo.
EP3. ¿Cómo vivió la época en que se hizo casi famoso?
A. P. Aprendes a dar un paso adelante y, cuando ves el tema complicado, dos atrás. Sin darte cuenta, te ves como invitado en el programa de Buenafuente y participando en tertulias políticas de temas como los jóvenes y la droga, la prostitución Entonces toca retirada.
EP3. ¿Se convirtió usted en una especie de voz autorizada en todo lo lumpen?
A. P. Creo que, para ellos, tal vez sí. Me parece flipante.
EP3. ¿Qué piensa cuando ve a un actor leyendo un manifiesto contra una guerra?
A. P. Me parece extremadamente cómico. Yo lo enviaría a la guerra para que pudiera hablar con propiedad del tema.
EP3. ¿Cree que es un poco extraño que a la hora de tratar temas de importancia escuchemos la opinión de los artistas?
A. P. Claro que se hace demasiado caso a la opinión de los artistas y no sé aún porqué. Hace un mes hice una ronda de entrevistas a propósito de un espectáculo. En la primera, el periodista me explicó el problema de la prostitución. En la segunda, otro me contó el caso Millet. En la tercera, ya hablaba sobre eso con soltura. En la cuarta era un experto. Habrá artistas que se sueltan al ver el caudal de información recibido. Luego, cuando se oyen, se deben asustar.
EP3. ¿No le parece que debería hacerse algo con respecto a las descargas en Internet y los derechos de autor?
A. P. ¡¡¡No me jodas!!! ¿Qué haces?
EP3. ¿Aún le piden que se adhiera a causas justas y humanas?
A. P. Me parecen todos los manifiestos muy bien, pero jamás firmo ninguno. Ya me conocen y saben que, ni manifiestos, ni maratones solidarias. Nada de eso.
EP3. ¿Existe algún tema sobre el que jamás escribiría una canción?
A. P. Mi preocupación es sólo no hacer más canciones hablando de lo mismo. La tentación es enorme. Debes parar, porque llega un momento en que ya está bien de policías muertos. Acabarán pensando que es personal.
EP3. Cuando se hace un papel de saltimbanqui en una obra sobre camas, ¿se prepara uno para responder preguntas figurativas sobre la metáfora del catre?
A. P. Mira, es la primera entrevista en que no respondo que soy un camionero y que he aprovechado la obra para sacarme el carné de conducir porque me lo daban gratis. Voy toda la obra con un tutú, salto desde 500 metros de altura y aterrizo sobre un tupperware.
EP3. ¿Y las camas?
A. P. ().
EP3. A un periodista, las entrevistas, con suerte, le sirven para pagar el alquiler, ¿y a usted?
A. P. Para casi nada. No me sirven para explicarme. Artísticamente, tampoco me valen. Mi política es hablar poco y no meterme en líos.
EP3. ¿Ha visto alguna vez un musical?
A. P. No he visto jamás un musical franquicia. Bueno, vi El Fantasma de la Ópera en Nueva York y me salí a la mitad porque era insoportable. No fui el único.
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