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Tentaciones
Reportaje:PROTAGONISTAS 2010

El año de Robyn

Robin Miriam Carlsson, Robyn, es la artista pop contemporánea más importante de Suecia. Cantante y compositora, en el pasado ya conoció las dos caras de la fama. Como parte de la factoría de Max Martin ?productor de los primeros éxitos de Britney Spears?, experimentó el éxito mundial a finales de los noventa, seguido de una baja por agotamiento y un posterior fracaso comercial. En 2004, quiso dar un giro colaborando con unos entonces desconocidos The Knife. El rechazo de su discográfica acabó en ruptura, lo que marcó definitivamente su carrera.

Desde entonces, autoedita su música en su propio sello, Konichiwa Records, y negocia su distribución multinacional de un modo que le permite controlar cada uno de sus movimientos musicales y estéticos. Así consiguió que su fabuloso cuarto álbum, Robyn, llegase a ser lentamente un éxito de ventas internacional, estableciendo un interesante precedente de independencia dentro de la industria. Las unánimes alabanzas de la crítica le aportaron su actual estatus como la estrella del pop de culto que puede gustar a los aficionados al rock.

Que 2010 ha sido el año de Robyn, de 31 años, lo demuestra la dificultad de conseguir audiencia con ella. "Me he pasado el año grabando o de gira", se excusa por teléfono desde Gotemburgo. Esa carga de trabajo se resume en los 21 cortes de un álbum, Body talk, publicado en tres volúmenes, que contiene varias de las mejores canciones del año y en el que se muestran las dos caras de su universo: el amor en todas sus fases como motor existencial (Dancing on my own, canción del año según The Guardian, o Indestructible) y el individualismo agresivo provocado por la incomprensión (Don't fucking tell me what to do, U should know better). ¿Quién es Robyn en realidad? "Ambas, por supuesto. Soy complicada, como todo el mundo. Las cosas no son tan simples", explica.

El particular lanzamiento del disco desafía todas las normas lógicas de promoción. "El público ya no se relaciona de un modo natural con la música pop como antes porque la industria creó a mediados de los noventa un modelo del que está costando deshacerse. Creo que el marketing de este disco es más orgánico, real y honesto", explica. Single a single, Robyn ha conseguido hacerse omnipresente en los entusiasmados medios musicales durante los últimos 12 meses. La bajada en las ventas era esperable de este suicidio comercial, y no parece preocuparle. "No intento ser una estrella del pop mainstream. Adoro el pop, crecí con él y es lo que sé hacer. Pero tener el control sobre lo que hago es más importante que vender discos", aclara.

La postura antisistema de Robyn queda aún más patente cuando se intenta contextualizar Body talk, un álbum entregado por entero a las pistas de baile, terreno que dominan artistas como Rihanna o las producciones de David Guetta y will.i.am. "No tengo una opinión sobre eso. Me estás hablando de música supercomercial", protesta. "La música de baile es parte del pop, está claro. Pero hay otras cosas excitantes en las que el pop no trata de copiar, sino de abrirse un hueco en las listas mezclándose con el underground. Y no hablo de Lady Gaga, sino de artistas como M.I.A. o The Knife. Como cuando yo era una niña y veía cómo Neneh Cherry tenía éxito siendo ella misma y siendo supercool, o cómo The KLF pasaba de ser un proyecto artístico a vender millones de discos".

Relativizar la importancia de las ventas en un momento en que no paran de bajar y centrarse en cultivar una base de fans entusiastas no es una estrategia novedosa para artistas indies, pero sí para una artista de pop supuestamente comercial. "Cada vez más, el público escoge sus propias fuentes de información. La mayoría de discográficas ya sabe que las cosas están cambiando. Yo quiero demostrar que es posible comunicarse con el público de un modo natural y seguir siendo una artista accesible", asiente. De momento, ha conseguido ser la estrella pop más excitante y personal de este año. Su pequeña revolución debería convertirse en el modelo a seguir para disfrutar de un futuro mucho más interesante que el presente.

<b>Robyn ha tardado más de una década en convertirse en la artista sueca más importante de su época.</b>
Robyn ha tardado más de una década en convertirse en la artista sueca más importante de su época.
<b>La mayor artista pop de Suecia, Robyn, se ha autoeditado tres discos en 2010</b>
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En 12 meses de gira, la peculiar estrella sueca ha desafiado las reglas del mercado grabando y autopublicando tres fabulosos álbumes pop que han encandilado a la crítica. Descubre a la artista de la que todo el mundo habla.
El primer sencillo del tercer álbum que ha publicado Robyn en 2010, 'Body Talk Pt. 3', es uno de los himnos pop del año.

La pequeña gran tercera potencia musical

En la primavera de 1979, Abba triunfaba en el mundo con su sencillo Does your mother know? Robyn simboliza la evolución de la industria musical sueca ocurrida desde entonces, en los que ha llegado a convertirse en la tercera potencia mundial del mercado sin disponer de la maquinaria mediática de los anglosajones. Aquí, algunos de los motivos.

Abba. Referentes ineludibles del pop sueco, la abbamanía infectó al mundo a finales de los setenta y puso a su país de origen en el mapa musical. Tras un intenso revival en los noventa con La boda de Muriel, Priscilla, reina del desierto o el musical Mamma mia!, en la actualidad son una banda a medio camino entre el culto artístico a sus canciones imperecederas y el folclore.

Riqueza multicultural. Según Robyn, "en el desarrollo musical de Suecia fue clave la influencia de la segunda generación de inmigrantes criada en la cultura sueca a finales de los ochenta. Fue una mezcla muy inspiradora". Leila K, Dr. Alban y, sobre todo, Neneh Cherry fueron las cabezas visibles de un fenómeno que hoy se refleja en la floreciente escena hip-hop del país.

Productores punteros. El difunto Denniz Pop (responsable del sonido de Ace of Base, entre otros) y su pupilo Max Martin (Britney, Backstreet Boys) fueron los primeros en atraer a Suecia a artistas internacionales ávidos de una producción sinónima de éxito comercial. Bloodshy & Avant o RedOne se encargan hoy de que la marca Suecia mantenga el atractivo.

Corazónindie.

A finales de los noventa, se produjo una explosión en la exportación de bandas indiepop. Grupos como Eggstone y sellos como Labrador fijaban un nuevo estándar de indie nostálgico. La inclusión de sonidos electrónicos ha contribuido a la buena salud de la escena, y artistas como The Tough Alliance, Studio o JJ se han convertido en referentes mundiales.

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