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Reportaje:

Todo avante para Navantia

El astillero espera volver a los beneficios con la venta de buques a Australia por 1.200 millones

El contrato de 1.200 millones de euros que acaba de firmar con Australia coloca a los astilleros militares de Navantia en la senda de olvidar las pérdidas y pasar a números negros este mismo año. Una de las personas más satisfechas es el alcalde de Ferrol, Vicente Irisarri, porque con esta carga de trabajo la economía de la ciudad se recuperará de la crisis naval que sufrió en 2004.

Navantia acaba de firmar el mejor contrato de su historia. Una historia bien corta, cierto, porque la compañía nació en 2004, con la herencia de unos astilleros con más de 250 años que recibió como activos.

"Tenemos el mejor buque de intervención estratégica y el mejor diseño del mundo de un submarino no nuclear"

Su presidente, Juan Pedro Gómez Jaén, apenas recién llegado de Australia, asegura con una media sonrisa: "Hemos logrado una transformación radical de la compañía. Ha pasado de unas pérdidas terribles a tener una cartera de contratos de 6.300 millones de euros para los próximos ocho años".

Navantia partió de cero en 2004. De los 11.000 empleados que contaba la antigua Izar, 4.000 se prejubilaron; otros 1.500 se han transferido con los astilleros privatizados. Sólo 5.500 pasaron a la nueva compañía, dedicada en su mayor parte a producir material militar.

Mientras Izar se disolvió en 2004 con 2.600 millones de pérdidas en su primer año de actividad como tal, Navantia registró unas pérdidas de 129,5 millones de euros. En 2006 las redujo a 34. Este año confía en cambiar el signo de su balance y el próximo alcanzar unos beneficios en torno a los 20 o 22 millones de euros, gracias a los contratos de la Armada española y la de Noruega. Pero, sobre todo, al contrato que se ha traído de Australia, que supone más de nueve millones de horas de trabajo.

"Acudimos a la licitación pública internacional de dos contratos del Estado australiano", dice Gómez Jaén. "Uno para el diseño de tres destructores de guerra en el que competíamos con otros ocho astilleros del Reino Unido, Italia, Francia, Alemania y Estados Unidos. La segunda licitación comprendía la construcción de las plataformas de dos buques anfibios portahelicópteros, similares al Juan Carlos I, de próxima botadura".

En la primera criba de licitantes quedaron preclasificados Navantia junto a Gibbs & Cox, una ingeniería naval estadounidense. En su web todavía informa de que "tiene la determinación de ganar el contrato de 6.000 millones de dólares por el diseño de un destructor (fragatas) para las Fuerzas Armadas de Australia".

Ese contrato se lo ha llevado Navantia. "Cuando estábamos empatados, los australianos nos dijeron que seguíamos en la carrera con una versión de nuestras fragatas F 100 y F 104. Finalmente, el contrato del diseño y la asistencia técnica nos lo adjudicaron por 222 millones de euros, y no descartamos ampliarlo", precisa el donostiarra Gómez Jaén, el ingeniero de minas que pilota Navantia.

El segundo de los contratos que acaba de firmar en Adelaida (Australia) es la construcción de las plataformas y la propulsión de dos buques anfibios, llamados de Protección Estratégica (BPE), destinados también al Ejército austral.

El 80% de este último contrato se ejecutará en los astilleros de Fene-Ferrol, y el resto queda en manos de los australianos Tenix. "Ellos son los contratistas principales del encargo, valorado en 1.411,6 millones de euros; nosotros somos los subcontratados, pero hay que destacar que, en esta lid, hemos ganado a astilleros tan prestigiosos como los franceses CDN y Thales", subraya Gómez Jaén.

Pese a ser la empresa subcontratada, Navantia se llevará 915 millones de este encargo no sólo por la construcción de la plataforma. También equipará a los buques BPE con los equipos de control de la propia plataforma -dispone de más de 5.000 sensores- y de los motores.

Submarino a pilas

Gómez Jaén recalca que, en "este momento, Navantia es líder mundial en buques militares. Contamos con productos propios de la máxima tecnología, con los mejores sistemas antiaéreos, el mejor buque de intervención estratégica y el mejor diseño del mundo de un submarino no nuclear". Este tipo de submarino, el S-80, cuenta con un sistema de propulsión independiente, basado en la energía generada por pilas de combustibles que le dotan de una gran autonomía. De hecho, ha vendido su diseño para seis de estas unidades a la Armada de India.

El liderazgo de Navantia en el diseño y construcción básicos de buques ha permitido que la parte naval (fragatas) del contrato de suministro firmado con Venezuela no haya sido afectada por el veto de Estados Unidos a la venta de aviones CASA porque iban provistos de componentes de fabricación norteamericana. Según Gómez Jaén, Navantia invierte 60 millones de euros anuales -el 6% de su facturación- a I +D y 600 de sus empleados se dedican al diseño tecnológico.

"No sólo nos dedicamos a cortar chapa y soldar. El desarrollo de Faba (acrónimo de Fábrica de Artillería de Bazán), heredado de los astilleros de San Fernando en Cádiz y de nuestro departamento tecnológico, nos permite completar todas las secuencias de la navegación; la conceptual, el proyecto principal de diseño, su desarrollo y su ejecución", afirma Gómez Jaén.

Navantia facturará este año 1.300 millones de euros, 200 más que el año pasado, lo que constituye un récord histórico en la construcción naval española.

Buena noticia para la diversificación económica de Ferrol

"Ha sido el mejor verano de mi vida. El barco es una maravilla", decía Hams Setter Midttun, el capitán de la fragata Roald Amundsen, en su despedida del alcalde de Ferrol, Vicente Irisarri, el pasado 20 de septiembre. La fragata era la segunda de las cinco unidades encargadas por Noruega a los astilleros de Fene Ferrol. Este contrato y el que acaba de firmarse con Australia es una buena noticia para la ciudad, dedicada al monocultivo naval y origen -tras la crisis de 2004- de una depresión económica en toda su área de influencia.

"Cada barco vale como todo el puerto exterior. Supera a Ferrol y a la propia Galicia", apunta Irisarri con "alegría porque se reconozca el nivel tecnológico de sus astilleros". Ingeniero naval él mismo, reconoce que, tras la crisis, ha llegado el tiempo de hacer de "hormiga", porque, "con esta garantía de trabajo hasta 2014 para 6.000 empleos (entre Navantia y la industria auxiliar), vamos a poder dedicar más tiempo a diversificar la economía local, abrirnos a otros sectores industriales, incorporar más valor añadido y capitalizar nuestra riqueza patrimonial". Los astilleros de Fene Ferrol asumirán la mayor carga de trabajo del contrato australiano, que se repartirá también entre Cartagena y San Fernando.

La industria naval ha creado una mesa de trabajo para fijar las relaciones entre los astilleros y la industria auxiliar, que soporta más del 80% en subcontratas, según Pedro Lorca, secretario del sector naval de CC OO.

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