_
_
_
_
Crítica:EL LIBRO DE LA SEMANA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Humor y dolor en las vidas pequeñas

Comencemos por las obviedades. Primera: la crítica inglesa ha calificado a Barbara Pym como la Jane Austen del siglo XX. Segunda: sus novelas se inscriben en el género llamado "alta comedia". Es cierto, pero no es toda la verdad. Barbara Pym (1913-1980), contemporánea de Muriel Spark, Jean Rhys o Iris Murdoch, es una de las escritoras más inteligentes que ha dado la narrativa inglesa contemporánea. Su mundo se ciñe a la clase media inglesa (en todos sus grados), bien urbana, bien de las afueras e incluso del mundo rural cercano a Londres. Está poblado de clérigos, oficinistas, funcionarios, intelectuales de segunda y algún político, esposas, solteronas caseras o que trabajan... en fin, un mundo poblado de seres normales y corrientes cuyas vidas no destacarán nunca por su singularidad sino por su convencionalidad; no por su temeridad sino por sus miramientos; no por sus hazañas sino por sus satisfacciones vecinales.

Los hombres de Wilmet / Jane y Prudence

Barbara Pym

Traducción de Ana Mata Buil

Lumen. Barcelona, 2010 y 2009

352 y 334 páginas. 21,90 euros cada uno

Es cierto que se la puede comparar con Jane Austen en la medida en que ambas han escrito admirables cuadros de costumbres. La diferencia la marca el tiempo; mientras Jane Austen retrataba a la gentry, encumbrada gracias a la reforma agraria, Inglaterra se dirigía a convertirse en un Imperio moderno que llegaría a su apogeo de la mano de la reina Victoria y la Revolución Industrial, una revolución que iba a acabar con el mundo de Austen. Barbara Pym, en cambio, se encuentra con un Imperio en liquidación que ha decidido empezar a apretarse el cinturón y a contentarse con el recuerdo de lo que fue. De este modo, lo que en una es el retrato de una clase y un orden social que se eleva hasta una categoría moral e histórica, en la otra hay una aguda exposición de las formas que mantiene la clase media de un país que deglute pragmáticamente su inevitable decadencia.

El segundo aspecto que las une es el sentido del humor. Más cándido -aunque dirigido por una mirada de admirable perspicacia- y más intenso en la literatura de Austen. Más pérfido e implacable en la de Pym. En las novelas de Pym todo son modales y buenas costumbres, pero cuando ella va levantando las faldas de esos modales, lo que hay debajo es una mezcla de vaciedad, superficialidad y frustración bajo la apariencia de una tela grata a la vista que el lector, al cabo de un rato de acariciarla, siente que le ha llenado sus manos de cortaduras. Habría que decir que el humor de Pym es encantadoramente ácido, que circula por sus novelas con la sencillez de una limpia corriente de agua que no contiene una gota de ternura ni de piedad.

Las mujeres protagonistas de Pym son como las de estas dos novelas. Wilmet, una mujer casada con un funcionario, y su amiga Rowena, casada con otro del mismo palo, se conocieron y conocieron a sus maridos mientras servían como voluntarias del cuerpo femenino de la Marina, en Italia. Aquella fue la única aventura de su vida. Ambas son aún jóvenes y atractivas, y Wilmet, sin hijos, de vida convencional y aburrida, se encuentra volcada en la ayuda a la iglesia de su parroquia; pero de pronto dos hombres se interesan por ella de manera evidente aunque indecisa y fantasea con eso, mas sin desprenderse de su dignidad de señora. El personaje es una joya en la medida en que extrae de un ser tan insustancial una calidad de matices (una figura muy sugerente dentro de una preciosa acuarela social) que solo un verdadero escritor es capaz de conseguir. Citaré solo un pensamiento de Wilmet en un restaurante con uno de los hombres que se le insinúan: "Cuando nos sirvieron el filete, lo miré de reojo con un aire muy femenino, pues me daba cierta vergüenza mirar directamente ese trozo de carne que, por su abundancia, resultaba casi indecente".

Jane y Prudence son dos amigas bien distintas entre sí; no solo en edad sino en actitudes ante la vida. Jane es una cuarentona casada con un párroco de un pueblo de las afueras de Londres y más bien dejada en lo tocante a su aspecto; tiene una hija de 18 años que estudia en Oxford. Prudence, en cambio, es una joven cercana a la treintena, independiente, elegante, con unos cuantos amores a sus espaldas, que trabaja en el despacho de un conocido profesor, un plasta con el que espera una aventura. Jane advierte que su amiga está en esa edad en que puede pasar de soltera exitosa a solterona amargada y se dispone a hacer de casamentera. Las peripecias que trae consigo esta situación son el eje de la novela que, como suya, es la excusa que le sirve para describir los modos de vida de esa Inglaterra de los años cincuenta. El reflejo de esa vida mediocre, insulsa y a la vez expectante, en la novela corta como un cuchillo a medida que esta avanza porque el humor sutil y la observación certera que va definiendo a las dos mujeres y su entorno no tienen desperdicio, como tampoco lo tiene la hora del té que regula vidas y encuentros de manera tan implacable como divertida, apoyándose a menudo en unos eficientes y admirables diálogos y siempre en su formidable capacidad de observación. Poco a poco, las novelas de Barbara Pym irán pasando del tono agridulce tan bien conseguido en sus primeros libros a una visión de esas vidas pequeñas más dura y amarga, donde el humor se va acerando, donde el dolor queda más a la vista. No hay compasión por esos personajes, no podría haberla en una escritora tan consciente, tan lúcida, pero cabe pensar que los ama de alguna manera por el cuidado que pone en ellos; lo que sucede es que tiene la inteligencia de mantenerse a distancia y dejarlos a merced del lector. Podríamos decir de ella lo que la misma Jane dice de las mujeres: "Su amor y su imaginación eran los que transformaban en únicos a los seres más insustanciales". Con su elegante escritura, su ajustado humor y su tajante uso de la elipsis, Barbara Pym es una maliciosa y fascinante creadora de vidas cotidianas. Aviso: anglófobos abstenerse.

Primeras páginas de Los hombres de Wilmet y Jane y Prudence, de B. Pym.

Campiña británica en los años cincuenta
Campiña británica en los años cincuentaD. Barnard / Hulton Archive / Corbis

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_