Crecen las adhesiones contra el tratado comercial ACTA
El Acuerdo Comercial Antifalsificación (Anti-counterfeiting Trade Agreement, en inglés) sigue levantado ampollas.
Los activistas de Internet claman desde hace tiempo contra un borrador de proyecto, publicado en abril, que obliga a los proveedores de Internet a controlar el tráfico de sus abonados para evitar que intercambien archivos protegidos.
Ahora, más de 90 académicos, abogados y organizaciones de todo el mundo critican que la secreta negociación de este acuerdo comercial, que esta semana se ha llevado a cabo en Lucerna (Suiza), no sólo pretende combatir la falsificación: "Impondrá restricciones a los derechos y libertades fundamentales", "amenazará el acceso global a medicinas de bajo coste", que puede afectar al "comercio y cruce de fronteras legítimo de los medicamentos genéricos" y "erigirá barreras, perjudicando desproporcionadamente a países en desarrollo".
ACTA, concluyen, es "el producto deficiente de un proceso profundamente fallido. Lo que comenzó como una simple propuesta para coordinar el cumplimiento aduanero ha sido dirigido por los titulares del copyright y transformado en una radical y compleja regulación internacional de la propiedad intelectual e Internet con graves consecuencias para la economía global".
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