"La presión social hace más que la política antiterrorista"

Oskar Matute atiende a EL PAÍS el pasado sábado tras anunciar su idea de unir a las fuerzas soberanistas y de izquierdas en las próximas elecciones de 2011.

Pregunta. ¿Alternatiba no corre el riesgo de diluir sus señas de identidad en esa unión con la izquierda abertzale, EA y Aralar?

Respuesta. Eso no va a ocurrir. Una estrategia de este tipo no debe significar una disolución de las partes, sino el acuerdo en torno a unos puntos en común y una libertad absoluta de cada uno de los partidos para seguir desarrollando su proyecto.

P. ¿Qué condiciones pondrán para formalizar la alianza?

R. Las alianzas en la izquierda hay que hacerlas en virtud de un acuerdo programático y una agenda estratégica, porque de lo contrario son meramente tácticas. El acuerdo no es meramente electoral, sino de compromiso. No obstante, el marco electoral nos brinda la oportunidad para visualizar la ilusión que puede generar la izquierda tras muchos años viviendo de espaldas y divididos.

"Pedir que el PNV esté en el pacto de Gernika es pedir peras al olmo"

"El marco electoral nos permite poner fin a la división en la izquierda"

P. ¿Cómo debe concretarse esa unidad en las elecciones?

R. Eso es lo de menos. El actual juego de mayorías cambiaría radicalmente si pudiera concurrir una recomposición de la izquierda. Si logramos consensuar una serie de compromisos tasados, ya veríamos cómo presentar a la ciudadanía una papeleta que ilusione, y no se convierta, como ocurre en la actualidad, en refugio del descontento.

P. ¿Y si sale mal?

R. Si no hay receptividad, iremos en solitario. Alternatiba no nace para incrustar una sigla más en el panorama de la izquierda, que ya está muy atomizado. Vamos a intentar poner de acuerdo a quienes aún no lo han hecho.

P. No descartáis ir en solitario.

R. Nuestra mano tendida para construir una izquierda potente y soberanista es una propuesta de ideas. Si no es posible, no nos quedaremos con los brazos cruzados lamentándonos de lo que pudo haber sido y no fue. Y las elecciones dirán si tenemos hueco y si el esfuerzo sincero y honesto tienen aceptación en la sociedad.

P. Pero para Alternatiba los comicios no son un fin en sí mismo.

R. Son un escaparate para darnos a conocer y, al mismo tiempo, continuar propagando los postulados de la izquierda. Nuestro objetivo es crear mayorías sociales que cuestionen el modelo político y social dominante.

P. ¿Fueron invitados a su Asamblea el PNV, PSE o el PP?

R. No. Solo invitamos a quienes comparten espacio en la izquierda.

P. ¿No echan en falta al PNV en el Acuerdo de Gernika?

R. En ese acuerdo no está quien no ha deseado estar. Pedir que esté el PNV es pedir peras al olmo. Lo firmado significa uno, dos o tres pasos hacia delante, una aportación muy importante para la paz. Es un acuerdo abierto, y a mí no me genera ningún problema que se sumen otras fuerzas. La puerta está abierta.

P. ¿Es creíble la voluntad de Batasuna de separarse de la violencia de ETA?

R. Así lo veo yo y tantos otros, como Jesús Eguiguren o dirigentes del PNV. Ese proceso está produciendo cambios que a mucha gente le ha descolocado.

P. ¿Está más cerca la paz?

R. Estamos mejor que hace seis meses. Frente a quienes optan por quedarse sentados, juzgar los avances de otros y no hacer nada, nosotros hemos decidido mojarnos para que el proceso de paz sea, esta vez sí, una realidad y dé paso a un escenario sin violencia y sin negación de derechos en Euskal Herria.

P. En esos avances, ¿de qué manera ha intervenido la política antiterrorista?

R. Por sí misma, la política antiterrorista no ha determinado que estemos donde estamos. El nivel de presión que ejerce sobre ETA podría servir para que la acción de la banda sea menos intensa, pero no su desaparición. Yo no voy a darle a la política antiterrorista el protagonismo que se merece la presión de la sociedad vasca para abrir un proceso de paz. Eso es patrimonio del conjunto de la sociedad vasca y eso ha hecho mucho más que la lucha antiterrorista.