Una ley de impacto
La ley de Suelo es, probablemente, la de mayor impacto social y económico de los últimos años. Los intereses que siempre han rodeado todo lo relacionado con el urbanismo habían impedido su aprobación. Incluso el socio mayoritario de EB en el Gobierno, el PNV, se desmarcó del proyecto cuando llegó al Parlamento y lo intentó torpedear desde otros frentes, como el de las diputaciones. Al final, una hábil jugada entre EB y los socialistas, a la que se sumó Aralar, hizo posible su aprobación. Esta ley supone la referencia ineludible en las políticas de suelo y vivienda de los próximos años.
Uno de sus puntos centrales es la ampliación de las reservas de suelo para la vivienda de protección oficial, que se eleva hasta el 75% en los suelos urbanizables y la creación de la vivienda tasada municipal y autonómica. Se trata de dos tipologías de pisos destinados a la clase media, un tipo de ciudadanos que siempre se queda fuera de la vivienda protegida tradicional al disponer de más ingresos de los estipulados, pero al que el mercado libre le queda también lejos. El precio máximo estipulado para la vivienda tasada autonómica asciende a 170.000 euros y a 200.000 para la vivienda tasada municipal. La ley fija las reservas para pisos tasados en el suelo urbano consolidado y en el urbanizable, el 20% en ambos casos. Los ciudadanos que ganen hasta 43.000 euros podrán optar a estos inmuebles.
La norma consagra la figura de la vivienda protegida tasada
El hecho de que los alcaldes tengan el control sobre toda la vivienda tasada que se construya en sus municipios allanó considerablemente el camino del acuerdo entre la consejería y Eudel, la asociación que reúne a los 251 municipios vascos. Además, los ayuntamientos con más de 7.000 habitantes pueden aprobar por su cuenta su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), sin necesidad de que las diputaciones les den el visto bueno final, una tarea en la que suelen tardar seis meses
El rechazo a la norma no se hizo esperar por parte de los constructores, que mantienen que encarece el precio de los pisos libres. Su tesis es que las viviendas libres cargan con los costes de la protegida, con lo que los gastos de urbanización son hasta cinco veces superiores. Todo ello repercute en el precio final delpiso.
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