La incineración a debate
Durante los cuatro años largos que llevamos de proceso de planificación de la gestión de residuos urbanos en Guipúzkoa, me ha tocado asistir a innumerables presentaciones e intervenir en medios de comunicación. Durante este tiempo, se han organizado debates sobre la incineradora de Txingudi, un proceso de participación ciudadana, con debate incluido, en todos los municipios de la Mancomunidad de San Marcos, visitas a distintas instalaciones de tratamiento de residuos, también incineradoras, en el resto de España y Europa.
Se ha organizado un taller de debate social con asistencia de decenas de asociaciones ciudadanas con arraigo en la vida económica y social guipuzcoana. Se han sometido a información pública los planes de residuos de Txingudi, San Marcos y Guipúzkoa y se han recibido y contestado las múltiples alegaciones realizadas a los mismos. Se ha propiciado un debate político e institucional hasta lograr el máximo consenso en torno a la gestión de residuos entre las cuatro fuerzas políticas -PNV, PSE-EE, PP y EA- abrumadoramente mayoritarias en Guipúzkoa.
No existe evidencia científica que la incineración de residuos suponga un riesgo adicional para la salud
No faltan argumentos de todo orden para iluminar a la ciudadanía y desterrar el antiguo discurso del miedo
En todos estos foros han participado ciudadanos y ciudadanas por libre, asociaciones de vecinos y asociaciones ciudadanas de todo tipo, periodistas, concejales, apoderados a Juntas Generales y representantes de todas las fuerzas políticas del Territorio. En todos ellos se ha hablado de incineración e incineradoras. De las ventajas e inconvenientes de la misma. Sin tapujos ni eufemismos.
Se puede hacer más y habrá que hacer más. Pero me sorprendió que Luisa Etxenike en su artículo Iceberg de basura publicado en estas páginas el pasado 25 de julio dijese que la decisión de optar por la incineración en Guipuzkoa se está produciendo sin auténtico debate. No me hubiese puesto a escribir estas líneas si no fuese por la preocupación que me produjeron las afirmaciones que una escritora inteligente como Luisa Etxenike vertía en su artículo. Es evidente que si una persona interesada en los avatares de la sociedad en la que convive, anda buscando la respuesta pública a Greenpeace, o a la plataforma de profesionales sanitarios, o los informes detallados sobre el impacto en la salud de la incineración y no los ha encontrado entre el cúmulo de informaciones que vienen apareciendo en los medios de comunicación en los últimos meses, algo no deben estar haciendo muy bien los responsables de que la sociedad guipuzcoana esté informada, formada y comprenda las decisiones que las distintas instituciones vienen tomando en materia de gestión de residuos urbanos.
En cualquier caso, espero que estas líneas sirvan para aclarar algunas de las cuestiones planteadas por la Sra. Etxenike. Por ejemplo, los conocidos argumentos de Greenpeace España contra la incineración fueron rebatidos, con escaso éxito sin duda a tenor de lo visto, en sendos artículos de Julen Rekondo, el gerente de la Mancomunidad de Txingudi Miguel Angel Muñagorri y yo mismo a lo largo de los últimos meses en la prensa local.
La plataforma de profesionales sanitarios, de los que por cierto solo se conocen una decena de nombres (¡eso sí que es un iceberg!), fue respondida contundentemente por el Dr. Jesús Mª Ibarluzea, de la Dirección de Salud Pública del Gobierno Vasco, en la brillante exposición que sobre la cuestión realizó en el marco de las Jornadas de debate de Txingudi, llegando a calificar de "muestra de una falta de responsabilidad preocupante" al manifiesto difundido por la citada plataforma. A su vez, las declaraciones y descalificaciones que de manera reiterada vienen realizando los portavoces de dicha plataforma han sido respondidas en varios comunicados por el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco, el último de fecha 7 de Mayo de 2004. En concreto, en su punto 4 el comunicado de Sanidad decía textualmente: "Las declaraciones que vienen realizando un grupo de médicos, son carentes de rigor científico, alarmistas y están provocando en la población una desinformación grave".
Los informes detallados sobre el impacto para la salud de la incineración, han sido hechos públicos recientemente, Julio 2004, y están en fase de edición por parte del Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco en un magnífico y exhaustivo informe titulado Incineración de residuos urbanos y salud pública que analiza la totalidad de los estudios, con rigor científico, publicados a nivel mundial sobre este tema. En dicho informe se da buena cuenta del simplismo y las simplezas de la plataforma de profesionales sanitarios, para concluir que: "En síntesis, no existe evidencia científica que haga suponer que la incineración de residuos urbanos en plantas que utilizan tecnología moderna y respetan los niveles de emisión en vigor suponga un riesgo adicional significativo para la salud de la población".
Respecto a la denuncia de escamoteo de datos médicos alarmantes, que vienen realizando esos mismos profesionales sanitarios, no merece ninguna respuesta: ¡es simplemente de juzgado de guardia!. Como la publicidad tremendista con la que están pretendiendo atemorizar a los ciudadanos. O la omisión y manipulación de los informes de la Organización Mundial de la Salud sobre incineración de residuos (1996) o sobre dioxinas y salud (1999).
Recientemente tuve la oportunidad de visitar, junto con los representantes políticos de la Mancomunidad de San Marcos, las dos incineradoras que existen en Viena. Las dos están en el área urbana, rodeadas de viviendas, como otras docenas de incineradoras en otras tantas ciudades del centro y norte de Europa. Están integradas en el entorno urbano porque aprovechan el calor de la incineración de los residuos para proporcionar calefacción a las viviendas y hospitales del centro de Viena. Allí también existe Greenpeace y no sé si la incineración les hace mucha o poca gracia. Solo quiero señalar que ante los requerimientos de Greenpeace International, puesto que la incineración en Austria se ponía como modelo de gestión de residuos en otros países, Greenpeace Austria emitió en Junio de 1999 un informe en el que tuvo la honestidad intelectual de escribir lo siguiente: "Las plantas incineradoras en Austria tienen unos altos estándares ambientales en lo que respecta a las emisiones al aire y al agua. Comparadas con otras fuentes (industria, tráfico,...) las emisiones al aire y al agua son relativamente bajas". En estos términos es posible cualquier debate. ¡ Qué diferencia con Greenpeace España !
En fin, nos vamos adentrando en el auténtico debate que se reclama. No faltan argumentos de todo orden para iluminar a la ciudadanía sobre la problemática de la gestión de los residuos urbanos y sobre por qué la incineración de una parte, de menos del 60% de los generados, es la mejor solución para Guipúzkoa, junto con el reciclaje y el compostaje del resto. Pero por favor, desterremos el discurso del miedo. Si a lo largo de la historia ha habido un discurso anti-ilustrado ése ha sido el del miedo. Si a lo largo de la historia alguien ha utilizado el discurso del miedo para afianzar su dominación social ése ha sido el poder no democrático. Si a lo largo de la historia alguien ha recurrido al miedo a la técnología como elemento antimodernizador ése ha sido el integrismo de antiguo régimen. Y es que algunos discursos anti-incineración la verdad es que dan miedo... de puro antiguos.
Xabier Garmendia es ingeniero industrial. Redactor del Plan Integral de Gestión de Residuos Urbanos de Guipúzkoa.
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