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La huelga general

Euskadi no paró

La convocatoria de las centrales nacionalistas tuvo un seguimiento minoritario fuera de Guipúzcoa - Ni las grandes empresas ni MCC la secundaron - La vida ciudadana apenas se vio afectada durante la jornada

Pedro Gorospe

Los sindicatos nacionalistas no consiguieron ayer el objetivo de paralizar Euskadi con la convocatoria de huelga general. No lo lograron ni siquiera por la mañana, cuando los piquetes informativos se desplegaron en las principales zonas industriales y comerciales.

La mayoría de los trabajadores de todos los sectores, pero especialmente de la industria, el transporte, y el comercio, objetivos prioritarios de los huelguistas, respondieron con bastante apatía al desafío sindical y político lanzado desde ELA y LAB, STEE-EILAS, HIRU Y EHNE.

Confebask y el Gobierno coincidieron en que tan sólo un máximo del 12% de los trabajadores del sector privado secundaron el paro (el 30% en Guipúzcoa, según el Ejecutivo) y en torno al 10% en el sector público. Solo en algunas zonas de Guipúzcoa con mayor peso sindical nacionalista e identificación ideológica con los convocantes, a los que se sumaron Aralar y EA, se dejó notar el paro en la educación, el transporte, el comercio y la pequeña industria.

López recibe el martes a LAB, tras reunirse el lunes con UGT
La manifestación de San Sebastián exhibió la foto del etarra Jon Anza

Los convocantes, sin embargo, calificaron como un éxito total. Pero sólo ofrecieron cifras parciales de seguimiento, referidas a una muestra de 538 empresas: "El 70% de los trabajadores de la mitad de esas empresas salieron a la huelga", argumentaron.

El alto grado de normalidad con el que se vivió el día de ayer en la mayor parte de Euskadi y de Navarra, donde también estaba convocada la huelga, fue posible gracias al intenso control policial, que permitió entrar a trabajar a quienes decidieron hacerlo. También contribuyó decisivamente la coincidencia de los grandes partidos-PSE, PNV y PP, y UPN y PSN en Navarra- en la inutilidad de la convocatoria, y la exclusión de la misma de las centrales de ámbito estatal, UGT y CC OO. Y eso a pesar de que la crisis, que ha elevado el paro a 121.100 personas en Euskadi, de las que 51.859 no cobran ningún tipo de prestación, y de que el ritmo de expedientes de regulación de empleo es casi de seis diarios, con 35.000 trabajadores afectados.

A la falta de sintonía social con la convocatoria se sumó, así mismo, la sensación de que tras el desafío sindical había intereses políticos que trascendían la reivindicación laboral. Una tesis que comparte el lehendakari Patxi López, que lo denunció ayer mismo en Vitoria. López, que la próxima semana inicia con los sindicatos los contactos previos a la constitución de la mesa de diálogo social -el lunes recibirá a UGT, el martes a LAB y el miércoles a CC OO-, aseguró que la huelga general ha sido "utilizada por el abertzalismo radical con el fin de lograr una presencia pública y política que no estaba teniendo".

En la manifestación central de la jornada, que concentró en Bilbao a miles de personas contra las políticas sociales, fiscales y laborales de los sucesivos gobiernos, y contra el "chantaje patronal", participaron los ex dirigentes de la ilegalizada Batasuna Arnaldo Otegi, Julen Aginako y Jone Goirizelaia, acompañados del ex líder de LAB, Rafa Diez Usabiaga.

Aunque la huelga -que fue convocada apenas dos semanas después de la investidura de Patxi López como y se celebró ayer en plenas negociaciones para la mesa de diálogo social- tuvo escaso seguimiento, los convocantes sí lograron reunir en Bilbao a varias decenas de miles de personas en una multitudinaria manifestación que llenó la Gran Vía, desde el Sagrado Corazón hasta la plaza de Moyua. LAB cifró en 35.000 personas la asistencia a esta marcha, que también se celebró en las otras capitales.

En el acto político que la cerró, los secretarios generales reivindicaron nuevas políticas sociales y criticaron a los partidos políticos. El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, arremetió directamente contra el nuevo Gobierno, al asegurar que "quieren paz social y sindicalismo dócil, pero no les vamos a dar paz social. Por eso no vamos a ir a eso que llaman diálogo social", anunció.

ELA ha anticipado que hablará con el nuevo Ejecutivo, pero ha rechazado sentarse en una mesa con el resto de agentes sociales. La primera reunión entre el nuevo Gobierno y Confebask se celebró el pasado lunes y la próxima semana llegará el turno de los sindicatos, situados tras la patronal debido a la convocatoria de la huelga.

La responsable de LAB, Ainhoa Etxaide, aseguró en su intervención: "Lo hemos hecho bien, a pesar de una ofensiva donde se ha manipulado, se ha intoxicado, se ha mentido, amenazado y chantajeado para desactivar la convocatoria y neutralizar nuestra capacidad de respuesta".

- Guipúzcoa. La huelga tuvo una expresión más rotunda en los municipios de Guipúzcoa y fue desigual en San Sebastián, donde hubo una mayor presencia de agentes de la Ertzaintza y de la Policía Municipal. La incidencia en la industria fue notable, según los sindicatos, aunque la patronal aseguró que el 85% de los empleados trabajaron "con absoluta normalidad". El Gobierno cifró el paro en el 30%, informa Mikel Ormazabal.

En la construcción la actividad fue prácticamente nula, mientras que las empresas de Mondragón Corporación Cooperativa no secundaron el paro. El Grupo ULMA, que da empleo a unas 4.000 personas, apenas si notó el efecto de la huelga.

Los centros escolares sí experimentaron una fuerte ausencia de alumnos y profesores, y en la red sanitaria guipuzcoana el seguimiento alcanzó al 7,90% del personal que debía trabajar, según Osakidetza.

También hubo cortes en el tráfico ferroviario de Renfe por sabotajes en la catenaria a la altura de Tolosa y Andoain. Las líneas de Euskotren, en cambio, funcionaron con normalidad, aunque al 30% de su actividad en una jornada habitual.

Algunos comercios y bares de San Sebastián estuvieron abiertos durante las primeras horas de la mañana, pero el paso de los piquetes hizo que la gran mayoría optara por bajar las persianas, sobre todo en la zona del Bulevar y en la Parte Vieja. La protesta sindical tuvo un cariz marcadamente político y fue aprovechado por la izquierda abertzale para mostrar carteles con la foto del etarra, Jon Anza, que se encuentra presuntamente desaparecido, y una pancarta en contra del tren de alta velocidad.

- Álava. En Álava el seguimiento de la huelga no llegó al 10% de los trabajadores, según la patronal SEA-Empresarios Alaveses. Las grandes empresas como Mercedes, Michelin, Tubacex o Aernnova apenas si notaron los efectos del paro, con una incidencia menor al 3%.

En la industria química paró sólo un 4% de los empleados, en la zona de Ayala, y en el Ayuntamiento de la capital apenas si faltó el 10% de los trabajadores. Los autobuses públicos también funcionaron con normalidad, ya que el paro lo siguieron el 12% de sus empleados, según fuentes del Ayuntamiento.

SEA aseguró que, pese a que a primera hora de la mañana algunos piquetes informativos retrasaron el acceso a los centros de trabajo, la normalidad se recuperó en una hora en las zonas industriales.

- Vizcaya. La patronal vizcaína, Cebek, cifró la actividad en la provincia en el 90%. Aunque sí reconoció el cierre de algunos comercios al paso de los piquetes, sobre todo en el centro de Bilbao, subrayó que la normalidad en el sector comercial fue "casi absoluta".

Esta vez los piquetes no lograron cerrar El Corte Inglés y la presencia policial en la puerta facilitó el acceso a los trabajadores que querían entrar.

Cebek también aseguró que en el sector siderometalúrgico, salvo algunos cierres en la zona del Duranguesado, la actividad fue prácticamente normal. El paro en la industria rondó el 15%, con una baja incidencia en la Margen Izquierda. Empresas como La Naval, Renfe o la Acería Compacta de Sestao tuvieron un mínimo seguimiento.

La Diputación cifró el paro en Bizkaibus en un 15% y en un 14% en los trabajadores del metro. Los aeropuertos no sufrieron ningún retraso.

A raíz de esos datos, la patronal vizcaína felicitó a la mayoría de los trabajadores por mostrar "una actitud responsable", sabedores de que lo único que puede producir una huelga "es un agravamiento de la situación económica actual, ya muy deteriorada en los últimos meses".

Cebek aprovechó la circunstancia para hacer un llamamiento a todos los agentes y buscar acuerdos "positivos" para todos.

INCIDENTES. Diez detenidos en total

Frente a las últimas huelgas generales o parciales promovidas por la izquierda abertzale y apoyadas por LAB, el paro de ayer no llevó consigo una oleada de incidentes. De hecho, las diferentes policías -la Ertzaintza y las municipales de Bilbao y Vitoria- únicamente practicaron diez detenciones. La presencia policial fue muy importante y los agentes siguieron muy de cerca la actividad de los piquetes, la mayoría informativos, y se emplearon con algo más de contundencia cuando las concentraciones degeneraban en incidentes. La Ertzaintza detuvo a cinco personas en Vitoria (dos), San Sebastián, Irún y Trapagaran, bien por desórdenes públicos tras la quema de contenedores o por enfrentarse a los agentes desplegados por el consejero de Interior, Rodolfo Ares, para mantener la nomalidad en las calles. Los ertzainas arrestaron también a dos personas que se colgaron del puente del Arenal en Bilbao con la misma cuerda, lo que imposibilitaba el tránsito de vehículos y dificultaba el paso de peatones.

La Policía Municipal de Vitoria detuvo a mediodía a dos varones, de 19 y 36 años, acusados de participar en la quema de varios contenedores. Y en la capital vizcaína, los agentes municipales arrestaron a otra persona por idéntico delito.

También se registraron incidentes menores por el cierre con silicona de oficinas o establecimientos.

TRANSPORTE. Normalidad con retrasos

El transporte es uno de los sectores más estratégicos en cualquier huelga, porque paralizarlo equivale a multiplicar los efectos del paro. A pesar de los piquetes y de algunos incidentes, los servicios mínimos del 30% decretados por el Gobierno, considerados "abusivos" por los convocantes, se cumplieron y los usuarios del transporte público pudieron desplazarze con cierta normalidad a pesar de las molestias. La mayor incidencia se dio en Gipúzcoa, donde el seguimiento del paro en el transporte (privado y público) se situó en torno al 50%, según Empleo, frente a un 15% en Vizcaya y un 12% en Alava.

En San Sebastián, el 85% de la flota de autobuses urbanos salió a la calle, mientras que en el servicio de Bizkaibus sólo un 15% de empleados secundó la protesta. La huelga en Metro Bilbao fue seguida por el 14% de los trabajadores y el servicio urbano de autobuses funcionó con relativa normalidad. Álava es el territorio en el que menos se notó la convocatoria: apenas afectó a un 12% de la flota de autobuses. También hubo incidencias a primera hora como sabotajes a líneas ferroriarias de Renfe y Feve en Vizcaya y Guipúzcoa que obligaron a interrumpir momentáneamente el servicio y causaron ciertos retrasos. Los convocantes sostuvieron que la huelga fue "total" en los puertos de Bilbao y Pasajes. Los aeropuertos funcionaron con toda normalidad.

Diferencias

- Es difícil fijar diferencias objetivas entre las cifras del Gobierno y las patronales, coincidentes entre sí, y las de los sindicatos, que hicieron su análisis en torno a una muestra de empresas.

- Los convocantes analizaron el seguimiento de la huelga en 538 empresas industriales, que no concretaron. Aseguraron que en el 55% de ellas el paro fue secundado por más del 70% de la plantilla y en otro 19,3%, por más del 30%.

- En Educación, los convocantes estimaron el respaldo en el 45% en general. En las guarderías, aseguran que llegó al 95%, al 55% en las ikastolas y al 49% en la enseñanza pública.

- Frente a esas cifras, las patronales y el Gobierno estiman que el paro en la industria no pasó el 12% de media, y del 15% en el sector público. En Sanidad se quedó en el 5,5% y en Educación el 23% en el sector público y el 17% en la red concertada.

ADMINISTRACIÓN PÚBLICA. Un 15% de incidencia

La incidencia de la huelga general convocada por los sindicatos nacionalistas se situó en el conjunto de la Administración pública en torno al 15%, según los datos facilitados por el Gobierno. En la Administración General secundaron el paro casi el 11% de los trabajadores, en Sanidad el 5,5% y en Educación el 23% en el sector público y el 17% en la red concertada.

Por territorios, la huelga tuvo un seguimiento desigual y la mayor incidencia se registró en Guipúzcoa. Es el caso del Servicio Vasco de Salud-Osakidetza, donde en la provincia guipuzcoana la convocatoria fue secundada por el 7,9% de los trabajadores, mientras que en Álava lo hizo el 4,7% y en Vizcaya, el 4,2%. En total, 880 trabajadores de los más de 16.000 con los que cuenta en toda la comunidad no fueron a trabajar.

Los grandes hospitales pudieron desarrollar su actividad habitual casi con absoluta normalidad. Todos ellos registraron un seguimiento del paro abertzale inferior al 5%, El centro sanitario en el que mayor número de trabajadores secundó la protesta fue el Hospital Donostia con 131 huelguistas, un 4,86% de la plantilla del centro.

Los servicios mínimos decretados por el Gobierno vasco funcionaron con normalidad en los ámbitos sanitario y educativo, lo que facilitó que los ciudadanos fueran atendidos con normalidad.

NAVARRA. Una incidencia "mínima"

Las centrales nacionalistas también habían convocado la huelga en Navarra, donde la mayoría sindical corresponde a UGT y CCOO. La incidencia resultó "mínima", según coincidieron el Gobierno foral y el presidente de la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN), José Manuel Ayesa, quien recalcó que "no es una huelga que trate de defender los derechos de los trabajadores". El presidente navarro, Miguel Sanz, incidió en que el paro "es absolutamente político". El Ejecutivo foral redujo el seguimiento entre sus empleados al 8,9%.

Los convocantes no ofrecieron tampoco datos muy concretos. El coordinador de ELA en Navarra, Mitxel Lakuntza, calculó que en la zona de Bortziriak-Cinco Villas y Bidasoa el seguimiento fue "casi total", en Sakana hubo "paros totales" y en el cinturón industrial de la comarca de Pamplona el paro se situó "entre el 70 y 80%".

Entre 13.000 y 15.000 personas, según los convocantes, y 4.500, según la Delegación del Gobierno, se manifestaron en Pamplona por "un modelo económico y social justo" y "contra el chantaje patronal".

Los incidentes se limitaron a la rotura de lunas de autobuses y el sellado con silicona de las cerraduras de colegios y otras dependencias oficiales. A las 9.30 se registró el disturbio más serio: 15 personas asaltaron una oficina de empleo en Pamplona y volcaron el contenido de un extintor sobre su directora.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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