La última de Aznar
Como lector habitual de prensa y espectador de los informativos en diferentes cadenas de televisión, a veces tengo la impresión de que el expresidente José María Aznar nos ha acostumbrado a un goteo calculado de reflexiones estridentes. Dudo mucho que los medios extranjeros le concedan el menor interés (la versión digital del New York Times ni menciona la reciente conferencia de Aznar en la Universidad de Columbia), pero invariablemente los medios españoles se hacen eco de las extravagancias del personaje con una atención inusitada. Y esto me plantea algunas dudas sobre la lógica informativa en este caso.
Entiendo que se trata de la persona que ha ocupado la presidencia de este país durante ocho años, y que además es el actual presidente de honor del principal partido de la oposición.
Pero, en el otro lado de la balanza, su afán de notoriedad y su resentimiento parecen tan enfermizos que, en mi opinión, los medios deberían tener un filtro de calidad para no convertirse en su altavoz. Porque, el pensamiento de Aznar, sus ideas y sus análisis ¿merecen realmente el lugar que ocupan en los medios?
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