Una solución justa y democrática

En el conflicto del Sáhara Occidental hay voces que abogan porque nuestro Gobierno apoye el plan de autonomía que Marruecos ofrece, afirmando que sería beneficioso para los intereses de España en la región.

Creo que este planteamiento es erróneo. Primero, porque cuando dicen "intereses de España" quieren decir "intereses de algunas empresas españolas". Segundo, porque Marruecos no es un país democrático y no está en condiciones de ofrecer ningún autogobierno a los saharauis, como se ha podido ver recientemente en el estallido de violencia y represión ocurrido en El Aaiún. Tercero, porque la resolución del conflicto debe partir de la negociación entre Marruecos y el Frente Polisario, nunca de la imposición de ninguno de los contendientes. Y cuarto, porque la única solución justa y democrática es que los saharauis decidan libremente su futuro mediante un referéndum de autodeterminación (en su día acordado por la ONU y boicoteado posteriormente por Marruecos).

Creo, además, que España se equivoca jugando sus cartas en el tablero geoestratégico del Magreb. Marruecos es un país francófilo y fue un error no apoyar la creación de una república saharaui democrática, que aún hoy día mantiene el castellano como segunda lengua en los territorios que controla. Hagan una analogía con Timor oriental y hoy podríamos tener una república árabe vinculada al mundo hispanohablante.