El rey Baltar de Ourense

Cuenta la leyenda que el padre de un afamado cantante murió preguntando, escamado: ¿para qué sirve una Diputación? Si hubiera vivido lo suficiente, el caso de la de Ourense le habría disipado las dudas que albergaba sobre la inanidad de semejante institución. Al menos en Ourense tiene una clara utilidad: la de dar un puesto de trabajo a todo aquel que lo necesite; siempre y cuando, claro está, sea del PP o tenga un pariente prominente en dicho partido a escala provincial. De sus 950 trabajadores, casi la mitad (400) son concejales del PP o familiares directos de los 485 ediles del partido de los diversos municipios ourensanos.

El presidente de la Diputación de Ourense se llama José Luis Baltar, y el presupuesto del organismo que controla desde hace 20 años no parece tener límite; especialmente si se avecinan unas elecciones locales o un congreso del partido. De hecho, la plantilla ha ido aumentando hasta superar a la más importante Diputación de A Coruña, y ni la crisis ni la proclamada austeridad del PP frenan nuevas convocatorias: de aquí a mayo habrá plaza para otros 53 funcionarios y quizá para un puñado de eventuales.

Hoy por ti, mañana por mí", parece ser el lema de este benefactor ourensano que contrató a los compromisarios que ayudaron a su hijo José Manuel en el último congreso provincial del PP que le eligió presidente del partido. Es igual que no haya trabajo para mantener a todos ocupados y que los pasillos estén abarrotados de bedeles. Baltar combate el paro entre sus filas contratando familias completas gracias al poco escrupuloso método de selección en el que un empleado puede formar parte del tribunal examinador de un cuñado. Todo queda en casa.

Alberto Núñez Feijóo, el flamante presidente de la Xunta que prometía la regeneración del partido, no le planta cara. Al contrario, ha sido Baltar el que ha osado echarle algún que otro órdago. Le respalda mucho militante del PP ourensano, sin duda agradecido. Pero ahora que la fiscalía investiga el caso, alguien debería alertar a Mariano Rajoy de que repetir que "Baltar es el PP", afirmación que lanzó en la última campaña electoral, quizá no sea lo más conveniente.