Sobre la gripe A
Lo siento, pero me parece lamentable el último editorial de EL PAÍS referido a la nueva gripe A. Soy médico microbiólogo en el Complejo Hospitalario de Segovia. Si han leído las declaraciones del doctor Wodarg al periódico L'Humanité se entiende fácilmente que lo que este epidemiólogo de la Unión Europea cuestiona es el cambio de definición de pandemia, incomprensible del todo, y la campaña de vacunación, innecesaria por el momento. Mi modo de ver las cosas es que estamos ante un cambio menor, no mutación, de cepa viral por otra más leve. Parecía claro, para los técnicos, con los datos que había desde el principio. La definición actual de pandemia hace que ésta pueda declararse por la aparición de un par de casos de una enfermedad transmisible entre personas en cada país del mundo. Así es de absurdo. La OMS, quizá por exceso de celo, ha generado una vez más una falsa alarma. Y ustedes, los medios de comunicación, quizá por sensacionalismo, con perdón, se han encargado de extenderla. La vacunación y el antiviral oseltamivir se han administrado sin garantías ni de su eficacia ni de su seguridad, como viene siendo frecuente últimamente. No hablaremos de lo costoso y hasta ridículo de otras medidas de prevención tomadas. La población ha sido manipulada con o sin intención, quizá por incompetencia, pero, a pesar de su natural asustadizo, en la mayoría de los ciudadanos ha prevalecido el sentido común. Han fallado la OMS y los políticos. Han colaborado los "medios". En cuanto a los aspectos económicos, las preguntas son: ¿Se puede dejar la salud pública en manos de los inversores? ¿Por qué nos callamos los científicos? ¿Hasta cuándo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.