A favor de la retirada
En lo que constituye un duro golpe a la Administración de Bush, el Congreso de Estados Unidos se ha pronunciado por primera vez a favor de que las tropas americanas salgan de Irak. La Cámara de Representantes lo hizo la semana pasada fijando una fecha tope, el 1 de septiembre de 2008; y el Senado pidiendo que dejen de combatir y empiecen a retirarse a partir del 31 de marzo de 2008. Aunque en el caso del Senado tal demanda no tenga valor obligatorio, sino indicativo, los legisladores han segado la hierba bajo los pies de Bush.
Los demócratas quisieran quitarse esta guerra de en medio antes de las elecciones presidenciales de noviembre de 2008. Lo más probable es que no lo logren, porque Bush vetará estas medidas y pasará la herencia envenenada a su sucesor. Pero al estar estas fechas vinculadas a los fondos para Irak y Afganistán, un veto al eventual acuerdo entre ambas Cámaras paralizaría a las fuerzas armadas, que se quedarían pronto sin financiación.
Es la primera vez que el Congreso se rebela tan abiertamente en medio de una guerra contra la forma de llevarla de la Administración. Pone de manifiesto que una mayoría en su seno no ve una solución militar a este conflicto. Pero no es sólo de EE UU de donde salen críticas. Ayer mismo, en la cumbre de la Liga Árabe en Riad, el rey saudí, Abdulá, se refirió a la "ocupación extranjera ilegal" de Irak. Es positivo que EE UU haya empezado a hablar con los insurgentes. El refuerzo de soldados americanos puede haberse empezado a notar en un descenso de la violencia en Bagdad, aunque de momento sólo pasajera. Pero incluso si se ahoga temporalmente un fuego, resurgen las llamas en otra parte. En Tal Afar, donde se supone que las fuerzas americanas colaboran estrechamente con las iraquíes, dos coches bomba causaron ayer más de 50 muertos.
Las votaciones, ganadas por la mínima en un Congreso dividido, reflejan que los partidos están desunidos: varios demócratas votaron contra la fecha límite y varios republicanos a favor. Pero la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha conseguido que la mayoría que salió de las elecciones de noviembre empiece a cumplir con su mandato de poner fin a la guerra de Irak. Ésta ha dejado de ser un asunto exclusivo de Bush. El Congreso ha hablado. No es seguro que el presidente escuche.
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