¡Oh, la France!
¡Oh, la France! ¡Corren aires de libertad en Francia! ¡Qué placer poder aspirar y espirar aire limpio en la Galia! En cambio, en cuanto cruzas los Pirineos el ambiente se vuelve irrespirable, negro, maloliente, tóxico. Coges aire y te envenenas y te pasas el día luchando contra los malos humos de la gente. Y no sólo me refiero al mal humor.
Pero no se equivoquen, no estoy hablando de política, eso lo dejo para otra carta... Me estoy refiriendo a algo tan importante como la calidad del aire que respiramos. Y es que mientras en nuestro país vecino se prohíbe fumar en cualquier lugar público, aquí en España fumas aunque no quieras en casi cualquier bar.
En Barcelona aún encuentras bares y restaurantes que prohíben fumar (aunque pocos), pero en el resto de España es una quimera encontrar uno. En el colmo de la estupidez, algunos locales exhiben carteles que anuncian con orgullo que allí se permite fumar... ¡España resiste! ¡Viva Agustina de Aragón e Isabel la Católica!
Todo ello culpa de una ley antitabaco cobarde que traspasa a los restauradores la decisión de permitir fumar o no en sus establecimientos. Una ley que obliga a los camareros a trabajar en un ambiente insalubre y a los no fumadores a sufrir el mal llamado ejercicio de libertad de los que fuman. Una legislación absurda que permite a los locales vender croissants y bocadillos, pero no café en grano.
¿Tan difícil era copiar a otros países, en lugar de inventar? ¡Oh, la France.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.