Niega Mourinho
Dice el entrenador del Madrid que es falso que haya pensado en marcharse, como supuestamente había escrito en un SMS su portavoz personal, Eladio Paramés, quien dice a su vez que el móvil desde el que se transmitió el mensaje ya no es el suyo. Ese portavoz había desmentido dos días antes la versión filtrada por el club, según la cual, Mou estaba arrepentido de su comportamiento en el último partido contra el Barça.
"Solo quien no me conoce puede creer que pueda marcharme ahora", escribió ayer el técnico en una carta colgada en la web del Real Madrid. El pasado 19 de enero, alguien le preguntó, en un entrenamiento, por qué siempre se le veía enfadado. "Porque me quiero marchar", dijo. Ahora no se quiere ir porque el Madrid está jugando muy bien y porque dice tener un presidente fantástico.
Respecto a lo ocurrido en el Camp Nou, Mourinho se disculpa "solo ante el madridismo", y matiza que él hace las cosas a la cara y no como los hipócritas que lo hacen "con la boca tapada y en lo más profundo de los túneles". Lo que recoge el vídeo de la tangana de la Supercopa no refleja, sin embargo, una actitud especialmente gallarda de Mourinho. Se le ve acercarse a Cesc, en el suelo tras la patada de Marcelo, haciendo el gesto de pisarle la cabeza; luego se acerca por la espalda a Tito Vilanova, el segundo de Guardiola, y le mete el dedo en el ojo.
Por ese comportamiento, el juez de Competición de la federación abrió ayer expediente por falta grave al entrenador del Madrid, y por falta leve a Vilanova, que respondió con una colleja. Mourinho pide disculpas, pero no a Vilanova y a Cesc, sino al "madridismo". Según las explicaciones de su portavoz, "José no pide perdón [porque] tiene muy claro que está defendiendo al Madrid y eso supone hacer frente a todo tipo de agresiones verbales que puedan producirse". En un episodio anterior dijo estar cansado de ser "el único" que defiende a su equipo. Más tarde escenificó aquel discurso en el que se preguntaba por qué era tan perseguido (por entrenadores, árbitros, periodistas).
El sujeto que sufre delirio persecutorio "se pasa el tiempo (...) interpretando lo que sucede a su alrededor como constantes indicios de que es la víctima perseguida", dice el doctor E. G. Duro en La paranoia, obra publicada en 1991.
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