Jubilación y niños obreros
En estos tiempos difíciles, en los que el Estado ayuda con dinero público a bancos y empresas multinacionales para reducir plantillas, deberían tener sensibilidad para con los trabajadores permitiéndoles la jubilación anticipada (entre 60-65), sin que en ningún caso vean mermadas las retribuciones que les corresponden (100%), especialmente a aquellos que comenzaron a cotizar entre los 14 y los 16 años (niños obreros) que han cumplido con el máximo exigido en las cotizaciones (35 años).
A los que comenzaron a cotizar después del año 1967, les descuentan por cada año anticipado entre 60-65 años un 6%, por lo que llegan a perder un 30% de sus pensiones injustificadamente.
Al hilo de esta cuestión, resaltar el agravio comparativo entre los que comienzan a los 30 años (cotizan justamente 35 años) y los que comenzaron a los 14, ya que éstos llegan a cotizar entre 40 y 50 años (15 años más). Si cumplen los máximos (entre 35 y 40 años), ¿por qué se les debe castigar? En todo caso, se les debería premiar por el exceso, igual que premian a los que se jubilan entre los 65 y los 70 años.
Otra injusticia a reparar es para con los trabajadores mayores de 50 años expulsados del mercado laboral, que, a pesar de cumplir muchos de ellos con el máximo de 35 años exigidos, están condenados a pensiones mínimas de subsistencia si no vuelven a cotizar de nuevo, o cotizan de manera deficiente, obligados por las circunstancias del mercado laboral.
Por todo esto ruego al Ministerio de Trabajo, políticos y sindicatos que sean sensibles con esta cuestión e intenten arreglar por ley la perversión del sistema para con los trabajadores afectados.
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