Kitmaker vende desde Vila-real juegos para móvil a 10 países
La compañía negocia con Nokia la distribución mundial de contenidos -La empresa valenciana adapta al teléfono el libro 'Memorias de Idhun'
Kitmaker no está donde uno esperaría encontrarla. A la sede de la compañía de contenidos para móviles de Vila-real (Castellón) se llega después de dejar atrás kilómetros y kilómetros de naranjos y de adentrarse en el corazón de la industria cerámica. Un territorio en el que reina, y ahí está su fábrica central, del tamaño de una ciudad pequeña, para recordarlo, Porcelanosa.
En ese contexto nació hace tres años Kitmaker, especializada en diseñar juegos para teléfonos móviles. La empresa cuenta con 50 empleados y acaba de cerrar un acuerdo con la multinacional Nokia para que distribuya, con 10.000 terminales de su último modelo, Brain Trainer, uno de los programas estrella de la casa. Su director, Joaquín Edo, de 40 años, toca la mesa y afirma: "Es muy difícil entrar como agregador de Nokia porque la selección es muy exhaustiva. Ahora estamos negociando con la central en Finlandia el lanzamiento de varios juegos con distribución mundial. Si se materializa, será un salto de gigante".
Kitmaker ocupa el primer piso de un solitario edificio levantado en el límite de la periferia urbana y el polígono industrial, que empieza en la acera de enfrente. En la zona de espera (la distribución es diáfana), junto a un par de sillas y la máquina de café, descansan un montón de revistas sobre informática, videojuegos, economía y un Penthouse. No se trata de una simple excentricidad.
La empresa se fundó hace tres años, pero su origen hay que buscarlo en el año 2000, el día que Edo y otras tres personas abrieron el negocio en un cuartito del centro de Vila-real. Era la edad de piedra del sector, cuando los móviles sólo aceptaban logos en blanco y negro y melodías monofónicas. "Las primeras empresas europeas habían aparecido un año antes en Alemania y aquí, en España, todavía no había ninguna. La empresa creció al ritmo de la tecnología y del mercado", explica.
Los Bupuppies
Empezaron con los clásicos: Poker, Tetris, Bubble Crash. Su primer éxito, a finales de 2005, se llamó Bupuppies, una actualización del mítico Tamagotchi con el que Bandai arrasó en los noventa, al que incorporaron cierta interacción: para elegir un alimento de la nevera con el que dar de comer a la mascota, el propietario de un móvil con cámara debía fotografiar en la realidad algo del mismo color. Bupuppies los puso en el mapa y se vende todavía en una decena de países.
Llegó la adaptación del popularísimo juego de mesa Party & Co. Y luego Brain Trainer, basado en el libro Juegos para entrenar el cerebro: desarrollo de habilidades cognitivas y sociales, del profesor Jorge Batllori. La serie de los programas formativos incluyó enseguida English Trainer, para repasar el inglés, y Sex Trainer, al que Edo califica de "vademécum" del género.
Kitmaker creó en la misma línea Mobi Lover, un juego con versiones para hombre y para mujer en el que, antes de llevar a la cama al amante, hay que persuadirlo comprándole ropa cara e invitándole a cenar.
"El consumidor de juegos es en un 60% masculino y en un 40% femenino", afirma Edo, "pero con estos juegos prácticamente hemos igualado los porcentajes. Hemos descubierto un nicho oculto, lo que demuestra que, si diseñas el programa adecuado, las mujeres consumen igual que los hombres".
El software erótico alcanzó rápidamente bastante demanda y generó los suficientes problemas de convivencia con el resto de los juegos en la web como para que Kitmaker decidiera segregarlos bajo una nueva marca (x-piggy.com).
La empresa vende al consumidor desde su web. Pero el verdadero negocio es al por mayor; cediendo los juegos a otras compañías, sobre todo operadoras de telefonía, y cobrando un porcentaje de las descargas.
La última y más ambiciosa apuesta de Kitmaker, que tiene un catálogo de 85 programas, ha sido la adaptación del libro Memorias de Idhun, el best seller de Laura Gallego convertido en un juego de rol.
KITMAKER: www.kitmarket.com
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