La escritura absoluta
La obra de Gottfried Benn (Mansfeld, 1886-Berlín, 1956) es la más vigorosamente expresiva e influyente de la literatura alemana de la primera mitad del siglo XX. Reunió en un cuerpo eficaz toda una variedad de tentativas (poesía, prosa, novela, ensayo, escritos autobiográficos, teatro, diálogos...) encaminadas a delimitar el territorio de una "escritura absoluta". Es en Doble vida, límpido y magistral relato autobiográfico, donde aclara qué entiende por "prosa absoluta": "Encontré las primeras huellas en Pascal, que habla de la creación de la belleza por la distancia, el ritmo y la entonación, 'por el retorno de vocal y consonante', 'el número rítmico de la belleza', dice, y 'perfección por la ordenación de las palabras". Éste es el linaje de una obra que da forma a sentimientos e ideas que quizás otros construyeron, pero para Benn el arte es tan material y físico como las marcas de identidad de los cuerpos, más allá de condicionamientos políticos, sociales o ideológicos, opuesto a una imagen determinista y científica del mundo: "¡Oh noche! Yo ya tomé cocaína, / la sangre se reparte en su proceso, / el pelo encanece, el tiempo declina, / tengo, tengo que florecer en exceso / otra vez antes del pasar que confina". Una obra que estableció, con rigor analítico y precisión técnica admirables, nuevas pautas en el pensamiento estético de la modernidad, y como ejemplo, Problemas de la lírica, un verdadero testamento reflexivo.
OBRAS COMPLETAS
Gottfried Benn
Traducción y prólogo de José Luis Reina Palazón
Calima. Palma de Mallorca-Madrid, 2006-2007
Tres volúmenes (712, 793 y 804
páginas). 40 euros cada uno
Paradójicamente, no hace
muchos años, y antes del "escándalo" de sus recientes memorias, Günter Grass se oponía a la recuperación de la figura de Benn, al que tildaba de colaboracionista con el régimen nazi. Cierto es que su radicalidad le hizo creer en la renovación de las ideas nacionalsocialistas, y en apenas un año, antes de su definitivo alejamiento e inhabilitación como escritor y médico por los nazis, publicó una serie de escritos de apoyo al régimen, de los que Arte y poder quizás sea el más destacado. Finalmente, despreciado también por los aliados, buscó en el ejército y la profesión médica "la forma aristocrática de la emigración". Desde entonces y hasta su muerte, Benn experimentó esa "doble vida": médico escéptico y escritor apasionado; el mundo de la realidad cotidiana y los "mundos de expresión" de la escritura; la conciencia fragmentaria de lo real y las formas precisas del espíritu. Así, desde los primeros poemas furiosamente expresionistas de Morgue y Carne, minuciosas exploraciones de cuerpos enfermos, deformados y putrefactos, o desde los relatos de Cerebros, protagonizados por su álter ego el Dr. Rönne, fue capaz de exponer algunos claros ejemplos de la más potente, provocadora y ardua escritura de su tiempo: "El resto fragmentos, / sonidos a medias, / inicios de melodías de casas vecinas, / espíritus negros / o avemarías".
En la estela de Nietzsche y
del nihilismo, en contra de la mediocridad burguesa, da voz a un sentimiento y un pensamiento trágicos, a un mundo sustentado en la biología y la historia, un mundo entre naturaleza y cultura, entre desarrollo celular y civilización que halla un desarrollo posible en su Novela del fenotipo. Las características del hombre se revelan una obscena "flor del cráneo", surgida de una aberrante hipertrofia cerebral, pues "el cerebro es nuestro destino, nuestra tarea y nuestra maldición": la esquizofrenia, las drogas, las alucinaciones, han hecho de la realidad y del yo (léase entre otros El yo moderno) una sucesión de fragmentos desarticulados, caóticos, privados de sentido. Sólo queda una opción: la regresión al "sueño primigenio" de un sur letárgico y narcótico, o la definitiva e inflexible disciplina del arte y de la forma. Toda la obra de Benn da cuenta de esta aguda y cabal oscilación. Si la escritura es fruto de los murmullos del infierno, resplandor de cenizas, "fragmentos, / heces del alma, / coágulos de sangre del siglo veinte", cicatrices y heridas, altar del sacrificio y voluntad de decadencia; si la existencia es construir puentes sobre el vacío; si todo acaba entregado al abismo, a un devorador infinito, al poeta entonces no le queda sino tejer sin trama: "un año en el escombro de la historia mundial, / escombro del cielo y escombro del poder, / y ahora la hora, la tuya: el soliloquio en tal / poema del sufrimiento y del anochecer".
Estas Obras completas repro
ducen todos los textos, comentarios y notas de la Sämtliche Werke, Stuttgarter Ausgabe, edición crítica que contiene los textos publicados en vida y los inéditos, en su versión definitiva. Dado el interés que por la poesía alemana existe en el ámbito hispánico, y en concreto por la obra de Benn, esta edición de una de las voces fundamentales de la escritura moderna era, además de necesaria, casi una obligación. Toda traducción es discutible, y más si es del alemán, una lengua difícil, plena de versiones y significados, pero José Luis Reina Palazón ha asumido el reto y el esfuerzo con dedicación y aplomo. Sus versiones, dejando de lado otras cuestiones, asumen con Benn que la "forma es el más alto contenido", por eso su declarado impulso por mantener ritmos y rimas, junto con una adecuación terminológica y expresiva envidiable, dando luz allí donde era necesario. Como nos recuerda Valerio Magrelli, la obra benniana es capaz de unir felizmente lo más contradictorio: Broadway y azimut, barcarolas y porquerías, trust y asfódelos, y como una especie de Ptolomeo moderno reclamar que, una vez muerto, la mitad de sus cenizas fueran dispersadas al viento de septiembre y el resto conservadas en una vieja caja de Nescafé. Qué mejor justificación estética de la existencia.
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