El pacto que derrocó a Pedro Castro
PP y UPyD acabaron en una comida con 28 años de gobierno del alcalde de Getafe
En Ponteareas, una marisquería del barrio de Salamanca, se entonó el réquiem político de Pedro Castro. PP y UPyD sellaron en una reunión secreta, celebrada el 1 de junio, un pacto de gobernabilidad para los próximos cuatro años en el Ayuntamiento de Getafe. José Luis Morato, el candidato de la formación de Rosa Díez en esa ciudad, dio su palabra de que se abstendrá en la investidura del próximo sábado y dejará el camino libre al popular Juan Soler. Así, entre lubinas y ensaladas de ahumados, se acordó poner fin a 28 años como alcalde del socialista Pedro Castro.
El almuerzo no fue casual. La ambigüedad del aspirante de UPyD en Getafe había encendido las alarmas en la calle Génova. Soler, con doce concejales, necesita para ser alcalde el apoyo de la formación de Rosa Díez (dos concejales). Así echará del Ayuntamiento a la izquierda (nueve del PSOE y cuatro de IU). Morato había dicho durante la campaña que dejaría mandar a la lista más votada, pero después de las elecciones le entró la duda. La izquierda, pensaba, suma más apoyos. Morato lanzó entonces mensajes contradictorios, se dejó querer por los socialistas. Habló incluso de que la renuncia de Castro podría llevarle a entablar conversaciones con un nuevo candidato. Un día se vio con Soler y le dijo que tenía dudas sobre varias propuestas de su programa electoral.
Eso llevó a Francisco Granados, secretario general del PP de Madrid, a tomar las riendas. Para el PP gobernar en Getafe supone acabar para siempre con el cinturón rojo, un mito del socialismo.El 22-M, los populares habían logrado el mejor resultado de su historia en esta plaza y aun así Castro no daba señales de darse por vencido. Granados no quería dejar pasar esta oportunidad de entrar en el Ayuntamiento.
A la comida que tuvo lugar en la calle Claudio Coello de la capital no asistió la número dos de UPyD en Getafe, Esperanza Fernández. No fue casual. Los populares dudaban de ella por dos motivos. Primero, porque perteneció en los años ochenta al Partido Comunista de los Pueblos de España y, además, Fidel Alonso, su marido, es un conocido gestor de cooperativas muy vinculado a la izquierda. En sus comienzos fue socio de Ángel Torres, el dueño del Getafe Club de Fútbol. Alonso fue también máximo dirigente de CC OO de Madrid en los setenta. Por todo esto, Soler y Granados tenían reticencias con Fernández. Pensaban que ella podría inclinarse por dar su apoyo a Castro, alguien más de su cuerda. Morato les dijo que estuviesen tranquilos. Se esforzó en disipar las dudas respecto a ella y dijo que los dos actuarían en la misma dirección y siempre con el visto bueno de la dirección nacional del partido.
Morato, un empresario logístico, es más del gusto de los populares. De hecho, se presentó por el PP a las elecciones de 1991 al Ayuntamiento de la ciudad. Después abandonó la formación por sentirse menospreciado. Ahora, 20 años después, Morato tiene en su mano auparlos al poder o mandarlos al banco de la oposición.
Durante la comida se abordaron dos temas fundamentales para el futuro de la ciudad: la situación de la ciudad deportiva del Getafe, las subvenciones que recibe y el designio de su cantera, y el desarrollo urbanístico de los terrenos donde se ubica la fábrica de John Deere. La empresa de maquinaria agrícola posee terreno industrial y parcelas sin construir en lo que antes eran las afueras pero ahora es el centro de la ciudad, junto a la estación de Cercanías. Los empresarios hablan de edificar en ese triángulo lo que sería la milla de oro de Getafe.
"Se habló de estos temas como muchos otros que atañen a esta ciudad", dice uno de los presentes. El PP, por su parte, confirma que se produjo la reunión pero niega que se hayan abordado temas urbanísticos en la misma. El caso es que en ese encuentro Morato confirmó que su formación apoyaría al Partido Popular. Tras un apretón de manos, Juan Soler se sentía por primera vez alcalde. Faltaba en la foto Esperanza Fernández, mano derecha de Morato: "Me he enterado por la prensa de esa reunión. No he hablado con mi compañero sobre en qué términos se habló ahí. Morato está fuera de la ciudad, le preguntaré cuando vuelva", sostiene Fernández por teléfono.
Hora y media después, UPyD tenía cita con Pedro Castro en su despacho. Un encuentro sin interés, a la vista de lo que había ocurrido antes. Ahí sí estaba presente Esperanza Fernández. Morato vio a Castro derrotado, sin esa energía que le ha caracterizado durante años. UPyD solo cambiaría de opinión y apoyaría al histórico alcalde en el caso de que Ferraz se comprometiese a reformar la Ley Electoral y a devolver las competencias de Educación al Estado. Los presentes sabían que eso no va a pasar. Castro les enseñó después, a modo de despedida, su despacho y las fotos con personalidades que tiene colgadas por las paredes. A partir del sábado, ese será el lugar de trabajo de Juan Soler. Getafe amaneció ayer llenó de octavillas donde se decía que el partido de la exsocialista Rosa Díez regalaba el Ayuntamiento a la derecha.
En otro municipio del histórico cinturón rojo, Parla, el alcalde en funciones, José María Fraile, necesitado de un pacto con IU para seguir al frente del Ayuntamiento, dijo ayer que las negociaciones con la coalición se encuentran "en punto muerto". De todos modos, Fraile podría gobernar en soledad al ser la lista más votada. Le sacó tan solo 22 votos al PP. Donde ya no hay dudas de quién gobernará es en Leganés: lo hará el PP. PSOE e IU se habían planteado apoyar a un concejal independiente para que este fuese alcalde, aún en contra de su voluntad. Los socialistas han visto que esta maniobra anti-PP podría desgastarles mucho y ayer anunciaron que se votarán a sí mismos durante la investidura. Dejan el camino libre a los populares.
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