Un hombre, arrestado cuando enterraba vivo a su perro

El hombre había metido en una bolsa de plástico a su perro y estaba cavando un hoyo en el patio trasero de su casa para enterrarlo vivo. Agentes de la Guardia Civil del municipio de Cercedilla (7.000 habitantes) aparecieron antes de que tapara el hoyo, liberaron al perro y detuvieron a su propietario, que se enfrenta a la acusación de maltrato animal.

Los hechos sucedieron en la mañana del lunes en una zona residencial de Cercedilla. Un vecino del chalé contiguo al del detenido vio cómo este introducía al animal en una bolsa de plástico blanca y comenzaba a cavar un hoyo debajo de una caseta metálica de obra, situada en el jardín de su casa. Alarmado, llamó a la Guardia Civil. Una patrulla, que se encontraba en las inmediaciones de la zona aprovechando el dispositivo estival de vigilancia de urbanizaciones, acudió a los pocos minutos.

Desde la verja del jardín, los agentes sorprendieron al hombre pala en mano. Le espetaron que cesase en su acción y que abriera la puerta para permitirles el acceso al jardín, según fuentes del instituto armado. Desconcertado ante la visita de los agentes, no se resistió, pero mostró su perplejidad ante la actuación de la Guardia Civil, que tras impedir que se consumara el enterramiento, le detuvo.

El animal, con signos evidentes de asfixia, fue trasladado a un centro veterinario, donde consiguieron salvarle la vida. El hombre, de 56 años, asumía que al ser propietario del perro, tenía libre disposición sobre su vida y perfecto derecho a hacer lo que quisiera, según informó un portavoz de la Guardia Civil.

El agresor, que de prosperar la denuncia por maltrato animal, podría pasar de tres meses a un año en la cárcel, cuenta ya con antecedentes por dos robos con violencia, y malos tratos en el ámbito familiar. La Guardia Civil comprobó además al identificar al animal por medio del chip que llevan insertados algunos animales domésticos, que el agresor no era el propietario del perro. Boby, nombre el animal, fue devuelto sano y salvo a su propietario original, que se lo había regalado.