El gigante flaquea

A Cristina Redondo no le importa de quién es competencia la construcción de equipamientos públicos. Contaba con esa escuela infantil que iban a construir en Moratalaz. Su niña tiene 20 meses, y desde que nació ha dejado su empleo como profesora porque no hay plaza en las guarderías públicas que le corresponden. Así que, a sus 30 años, está todo el día en casa con su hija. "Me hubiera venido genial. Pero como no la van a hacer, habrá que aguantarse, porque la hipoteca sigue subiendo". Aguantarse o "trabajar de noche" para poder traer otro sueldo a casa. Porque la escuela infantil que el Ayuntamiento presupuestó para Moratalaz queda en suspenso después de que el concejal de Hacienda, Juan Bravo, anunciara que se cancelan los proyectos pendientes de licitar.

Madrid (3,1 millones de habitantes) es el paradigma de la situación desastrosa que atraviesan los ayuntamientos de España. El que más debe, el que más déficit tiene, el que más gasta y el que más prevé ingresar para equilibrar un presupuesto que, por primera vez, se avecina menor que el anterior. Si en 2007 el concejal de Hacienda tuvo que inventar nuevas formas de ingresos, como el cobro a las telefónicas por usar el espacio, la tasa de vertidos a las empresas o el rescate de 50.000 viviendas que antes no pagaban el impuesto de bienes inmuebles (IBI), este año tendrá que agudizar más el ingenio para suplir partidas previstas, como los 480 millones de euros en venta de suelo, que se han volatilizado.

Y todo apunta a que se creará una tasa de recogida de basuras, como existe en otras ciudades, y que costaría de media a cada ciudadano unos 60 euros anuales. Otra vía, la fácil, es la de subir los impuestos. En el presupuesto actual, en torno al 9% de los ingresos provienen de la venta de suelo, frente al 37,4% que aportan los impuestos municipales (incluidas las licencias de construcción), según el Consistorio. A la espera de las cuentas municipales para 2009, que se comunicarán a finales de mes, la crisis tiene ya consecuencias directas en los ciudadanos. Unos 40 equipamientos y remodelación de calles y zonas verdes se quedarán en el limbo si, dice Bravo, el Gobierno de España no propone un nuevo modelo de financiación local.

Madrid debe hoy 6.336 millones de euros. Una cifra superior a la de su último presupuesto, que era de 5.267 millones de euros. La mitad de esa deuda la ha generado la M-30. Todo ese dinero se pagará a plazos (cada día los bancos se llevan unos intereses de 750.000 euros). Y eso será así hasta dentro de 30 años. Un poco más de tiempo, 35 años, es lo que lleva Mariano Monjas peleando por su barrio, Puente de Vallecas. Y pese a los logros, dice que todavía faltan equipamientos. Como los que estaban presupuestados por el Ayuntamiento y ahora en el aire.

Pese a ese plan de recortes, que ahorrará al Ayuntamiento 200 millones de euros (sólo el 3,8% de su presupuesto), el municipio tiene solvencia. Lo acreditó la empresa de calificación de riesgo de impago Standard & Poor's. De ese rating se fiaron las entidades donde está la deuda: BBVA, Caja Madrid, Dexia Sabadell, Banco Europeo de Inversiones, Deutsche Bank, Bayersiche Landesbank y Depfa Bank. Parte de esa deuda, 200 millones, la colocó el banco de inversiones Lehman Brothers, cuya quiebra no afecta a los números del Consistorio.