Tres de cada cuatro extranjeros estudiarán en la escuela pública

Con aire triunfalista, la consejera de Educación, Lucía Figar, presentó ayer el informe sobre el inicio del curso escolar, que comenzará en dos semanas. "Vuelve a haber récord de alumnos, becas, ayudas, profesores y centros", alardeó la consejera. También habrá, aunque ella no lo destacó, una nueva marca en el reparto de los alumnos extranjeros entre la escuela pública, la concertada y la privada. El próximo curso tres de cada cuatro alumnos extranjeros (76,4%) -que son ya 149.904 de los 942.309 estudiantes de enseñanza obligatoria, entre 6 y 16 años- irán a la escuela pública. Esta proporción es menor que la media nacional, donde el 82% de los alumnos inmigrantes estudia en centros públicos. Sin embargo, Madrid es la segunda comunidad donde hay más centros de titularidad privada. A ellos acudirá el próximo curso el 44,87% de todos los alumnos, según los datos ofrecidos por la consejería. Por delante sólo se sitúa el País Vasco, con el 53,4% de estudiantes en centros privados, según datos de la OCDE y el Ministerio de Educación.

Es la primera vez en cuatro años que bajan los foráneos en centros privados

Figar ha pedido que las agrupaciones familiares sean en junio y julio

En la región, de cada 100 extranjeros, únicamente 18 estudiarán en centros concertados y menos de seis en los privados. Es la primera vez en los últimos cuatro cursos que desciende el porcentaje de alumnos extranjeros (dos puntos) en los centros de titularidad privada y aumenta en los públicos. Hasta entonces, la proporción se había mantenido estable (19 de cada 100 estudiantes extranjeros en la concertada y más de seis en la privada), según los datos de la Consejería de Educación y el Anuario Estadístico de la Comunidad de Madrid.

Según los expertos, la educación de alumnos extranjeros, sobre todo si se concentran en un colegio (hay centros en los que superan el 80%), es más compleja. No sólo hablan otro idioma, a veces tienen un nivel académico distinto y suelen pertenecer a sectores más pobres.

Figar justificó la diferencia proporcional en que al solicitar un centro las familias favorecen la cercanía del domicilio. "Los centros concertados no están en los lugares donde viven los inmigrantes", puntualizó. A la vez, agregó, los criterios de admisión de los centros se fundamentan en dicha cercanía y en la renta. Otra de las justificaciones que ofreció la consejera está en que muchos alumnos extranjeros llegan a mitad de curso, cuando ya los colegios concertados han cerrado su cupo de estudiantes. Los centros públicos están entonces obligados a admitirlos. Como solución, Figar aseguró que ha solicitado al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que se concentren las agrupaciones familiares en junio y julio para poder admitir a los alumnos el siguiente curso. "Se ha mostrado favorable", afirmó.

La consejera recordó que el fundamento con el que trabaja su consejería es garantizar la libertad de elección de la enseñanza y, por tanto, no es partidaria de obligar a ningún alumno a estudiar en un centro que no haya elegido. También admitió que el coste de las actividades extraescolares disuaden a muchos extranjeros de ir a centros concertados.

Figar descartó opciones como el reparto de los alumnos extranjeros en centros públicos de la región "en autobús" o el sistema de segregación de los inmigrantes propuesto por la Generalitat catalana. "Me parece tremendo", criticó.