La crisis obliga a Festimad a volver a sus orígenes
El festival apuesta por las salas de música pequeñas
De los grandes espacios al aire libre alejados de la ciudad, con miles de personas de público y rutilantes estrellas del rock, a las pequeñas salas cerradas del casco urbano. Ese es el recorrido que va a hacer este año Festimad, el festival independiente de Madrid que se celebra desde el 24 de abril al 9 de mayo, y que se inició en 1994. Puede decirse que es la crisis económica la que ha aconsejado el regreso al formato original, cuando Festimad empezó a cosechar su fama desde los elegantes salones del Círculo de Bellas Artes y en una treintena de salas madrileñas de conciertos.
Este nuevo cambio de formato no será óbice, según su coordinador, Julio Muñoz, para que se deje de "apostar por propuestas arriesgadas y artistas emergentes", tal y como ha sido siempre su espíritu. Muñoz justifica el cambio porque es "mejor aprovechar el tejido urbano de salas ya existentes que ponerse a adecuar espacios grandes, montar escenarios, váteres, levantar vallas... que sale más caro".
El Círculo y las salas de la Noche en Vivo retoman el protagonismo
En el ecuador de su celebración, el festival independiente de Madrid se sumará a las fiestas del 2 de Mayo, de ahí que su denominación pase de Festimad Sur a Festimad 2M.
Hay de todo. La presentación del grupo donostiarra La Buena Vida, ya sin su cantante de siempre, Irantzu Valencia; el debú de Josete, escindido de La Excepción; la irlandesa Imelda May; los mexicanos Big Sandy & Los Straijackets o los suecos Those Dancing Days. Los 60 conciertos tendrán al Círculo de Bellas Artes como escenario principal, además de la mayoría de salas que forman en Madrid la asociación La Noche en Vivo.
Las crisis, para Muñoz, "son positivas". "Si no estuviéramos en constante crisis, no avanzaríamos", dice. La primera edición de Festimad surgió también en tiempos de crisis, y entre los artistas de entonces actuaron, ante muy poco público, unos todavía desconocidos Amaral y unos emergentes Radiohead. Y es que, según su coordinador, Festimad "siempre ha sido un referente cultural y una seña de identidad de Madrid".
No descarta, sin embargo, la organización del festival volver en un futuro no muy lejano a ofrecer conciertos en espacios medios o grandes al aire libre, algo "ya imposible para este año", según Muñoz. La carencia de un lugar estable para la música en directo ante una audiencia que no sea tan grande como la de un estadio de fútbol o una plaza de toros, pero que tuviera mayor capacidad que salas como La Riviera o Macumba (no más de 3.000 personas), se ha convertido en uno de los grandes males que denuncian constantemente los organizadores de conciertos y festivales en Madrid.
"Al recuperar para el Festimad, además del Círculo, las salas de Madrid, queremos contribuir a dinamizar un sector necesitado de apoyo", sentencia Muñoz.
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