Los 'carduccios', de nuevo en El Paular después de 176 años
La mayoría de los 52 cuadros sacados del monasterio están ya en el edificio
Después de 176 años de dispersión por distintos museos españoles, acaban de regresar al monasterio madrileño de El Paular 43 de los 52 cuadros que en 1632 pintara el artista italiano Vicenzo Carduccio para este cenobio, hoy benedictino, situado en las faldas del monte de Peñalara. Los cuadros, convenientemente embalados, llegan paulatinamente a bordo de grandes vehículos desde la Real Fábrica de Tapices, donde permanecían almacenados, 27 de ellos, y 16 del Museo del Prado, donde fueron reunidos y posteriormente sometidos a una cuidadosa restauración durante el pasado lustro por parte de la restauradora Leticia Ruiz y su equipo.
Según Miguel Muñoz, prior del monasterio, los cuadros, que poseen gran formato, están siendo almacenados en el interior del recinto conventual para su ulterior colocación, a partir de la próxima semana, en el mismo claustro monacal, el más grande de los tres que posee el recinto, donde permanecieron expuestos entre la fecha de su hechura, 1632, encargada al pintor italiano por el abad cartujo Juan de Baeza, y el año de 1835. Fue a partir de ese año cuando las pinturas fueron exclaustradas durante la llamada desamortización de Mendizábal, acometida contra los bienes de manos muertas de la Iglesia católica en España.
Según el prior, en la próxima semana empezarán a ser colocados
La adaptación del claustro forma parte de una remoción interior de todas las dependencias del monasterio, realizada por el arquitecto Eduardo Barceló, una tarea que le fue encomendada por el Instituto del Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura. Esta actuación ha permitido desplegar un sistema de calefactación apropiado para evitar los daños causados en los muros claustrales por la potente humedad dominante, dada la proximidad de numerosos neveros, arroyos y del propio río Lozoya, que baña tierras aledañas al monasterio. Asimismo se han introducido en el claustro principal garantías lumínicas para evitar presumibles daños en los cuadros, que serán colgados inmediatamente sobre los paramentos claustrales. Todo está a punto para la instalación que, presumiblemente, durará varias semanas. Con posterioridad, los cuadros serán visitables a finales del próximo mes de julio, pues tal era el propósito de la restauración y ulterior recolocación. Según confirmó ayer el prior benedictino Miguel Muñoz, el patio monástico se halla, pues, plenamente adaptado para albergar de nuevo los cuadros, que componen una serie de 52 obras dedicadas a la historia de la orden cartuja, fundada por san Bruno de Colonia y signada por el silencio. Se trata de una de las más herméticas de cuantas poblaron la Europa medieval. Esta orden halló en el El Paular singular paraje para su asentamiento, en un monasterio muy dañado por incendios y devastaciones, hoy restaurado, desde el cual los monjes vertebraron el paisaje y articularon la agricultura y la ganadería locales con grandes posesiones procedentes de donaciones y de compras. El ajuar artístico del monasterio, que cuenta con uno de los retablos del gótico bajo-medieval más deslumbrantes de España, así como otras joyas renacentistas y barrocas, se vio acrecido con las pinturas de Carduccio, ahora recién allegadas, que componen uno de los principales repertorios de pintura del siglo XVII en toda Europa, que en 1835 fueron desmontadas y enviadas al Museo de la Trinidad y luego a distintos museos más, desde A Coruña hasta Córdoba. Precisamente en el museo gallego permanecen las últimas nueve pinturas que llegarán al monasterio en los próximos días.
Toda esta actuación ha sido posible tras un año de conversaciones y gestiones entre el Ministerio de Cultura, el Gobierno regional, la orden benedictina y el Ayuntamiento de Rascafría, con la colaboración del Museo del Prado, que ha destacado a su responsable del área de restauracion, Pilar Sedano, para supervisar el traslado y la posterior reinstalación de la serie pictórica.
Werner Beutler, uno de los principales especialistas del arte de Vicenzo Carduccio y principal artífice de su recuperación, gracias a una intensa tarea documental y de seguimiento, saluda la noticia del retorno de las obras del pintor italiano como una de las más relevantes de la década en cuanto se refiere al aspecto histórico-artístico del patrimonio español.
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